En zona de Mantilla, Corrientes, el peón rural Mauricio Ibarra encontró recorriendo el campo una enorme «curiyú» que tiene varios metros.
El hombre, con llamativa audacia, se tomó una foto y la dejó ir. «Salen por falta de agua y comida de algunos esteros», comentó en redes sociales.
Es el más grande de los boídeos argentinos, llega a medir 4 mts, y su peso alcanza los 30 kg.
La dentición es de tipo «aglifa» (dientes macizos, carentes de canales por donde circula la ponzoña).
Los dientes en realidad cumplen la función de sujetar a la presa mientras el ofidio envuelve y presiona hasta matar de asfixia a su presa.
Su piel se considera valiosa tanto por sus escamas y diseño como por su tamaño. Manifiesta un importante dimorfismo sexual secundario; los machos adultos son notablemente más pequeños que las hembras.
Su nombre vulgar deriva de «Curú tijú», que significa «espuma en la garganta», y posiblemente se debe a la abundante saliva que se acumula en su boca cuando traga una presa.
(Fuente: DiarioÉpoca)