Un operativo policial en Alem terminó con final insólito: lo que parecía un intruso en una iglesia era en realidad una zarigüeya en busca de refugio.
La División Delitos Rurales llegó en segundos, listos para detener al supuesto bandido. Pero la sorpresa fue total: el “maleante” no llevaba armas ni intenciones de robo.
Se trataba de una zarigüeya que, cansada del monte y la lluvia, había elegido como guarida nada menos que el altar del templo.
Los uniformados montaron un operativo de captura con jaula incluida, como si se tratara de un fugitivo peligroso.
Al final, el animal fue rescatado y liberado sano y salvo en una zona de monte. Los feligreses, que ya estaban rezando por sus vidas, terminaron riendo del susto.
