Cualquiera puede tener cáncer de piel, pero las personas de piel clara son más propensas a desarrollar esta enfermedad que las personas con piel más oscura.
La mayoría de los cánceres de piel de células basales y de células escamosas se debe a la repetida exposición de la piel a los rayos ultravioleta (UV) del sol sin protección, así como a fuentes artificiales, como las camas bronceadoras.
El cáncer de piel de tipo melanoma es menos común que los otros tipos de cáncer de piel, pero es más peligroso debido a que es más propenso a crecer y propagarse.
La gente que tiene otros tipos de cáncer de piel y las personas con algún familiar directo que haya tenido melanoma están a un mayor riesgo de desarrollar este tipo de cáncer de piel.
Lo que usted puede hacer
La manera más importante de reducir el riesgo de la mayoría de los casos de cáncer de piel es limitar la exposición a los rayos UV del sol y de otras fuentes como las cabinas de bronceado.
Cuando se encuentre al aire libre, trate de permanecer en la sombra, especialmente durante el mediodía. Al estar bajo el sol, use un sombrero de ala ancha, camisas de manga larga, gafas de sol y un bloqueador solar de amplio espectro que por lo menos tenga un factor de protección solar (SPF) de 30 en toda la piel que esté expuesta al sol.
Si tiene hijos, protéjalos de la exposición al sol y no permita que lleguen a tener quemaduras solares. No use camas o lámparas de bronceado.
Preste atención a todos los lunares y las manchas de su piel. Además, informe inmediatamente a su profesional de la salud cualquier cambio que note en su piel.
Solicite que dentro de sus revisiones médicas de rutina se incluya una inspección minuciosa de la piel.