Cuando el Presidente estuvo en A dos Voces y vinculó al fiscal Diego Luciani con el fiscal Alberto Nismana quiso congraciarse con la vicepresidenta. Pero sus dichos fueron leídos como una amenazaa la vida de Luciani. Alberto Fernández terminó así convirtiéndolo en víctima. (Por Adrian Ventura)
La Vicepresidenta había montado una estrategia bastante “efectiva”: apenas el fiscal Luciani la acusó por asociación ilícita y pidió pena de prisión, Cristina Kirchner desplegó toda una retórica propia de la literatura fantástica, pero estratégicamente armada: se mostró como víctima de una conspiración política-mediática-judicial.
Fue Alberto Fernández quien corrió el eje y con su error de vincular el destino de Luciani con el de Nisman volvió a poner el fiscal en el centro de la escena.
Que es lo que veremos en los próximos días:
-Cristina Kirchner necesita recuperar el centro de la escena. Intentará hacerlo rápidamente. La pelea es larga, pero acaba de alinear a todo el PJ detrás suyo. No va a desperdiciar ese impulso rumbo a las elecciones. Y anoche, de buen grado, cuando llegó a su domicilio, en medio de los vítores de sus seguidores, se puso una gorra con la leyenda CFK 2023.
-Alberto Fernández es el destinatario directo del malhumor del cristinismo. ¿Para qué habla, cuando Cristina Kirchner domina el escenario político de la coalición y Sergio Massa la estrategia económica?
-El 3 de septiembre está previsto que Cristina Kirchner hable frente al congreso del PJ bonaerense. Como dijo en una nota en Todo Noticias Maria Fernanda Alonso, Máximo Kirchner lo convocó para ese día. El 5, es decir, apenas dos días después, se reinician las audiencias del juicio oral y será el turno de los abogados defensores.
-Tampoco la oposición puede ceder el terreno que le regaló Alberto Fernández. Ayer JxC avanzó con un pedido de juicio político al Presidente. No va a prosperar porque no tiene número suficiente en las cámaras. Pero la semana próxima está previsto que sesione la Cámara de Diputados y será una reunión muy caliente.
-Massa, mientras tanto, aprovecha para hacer un ajuste en el presupuesto, rumbo a su reunión con Kristalina Georgieva. Armó una gira muy ambiciosa, con reuniones con el FMI, el Banco Mundial, el BID, funcionarios del gobierno de Joe Biden y empresas petroleras y mineras: la agenda tiene objetivos muy claros: convencer de que la Argentina cumplirá con la meta de reducir el déficit, conseguir el desembolso del FMI, un préstamo para reforzar reservas y promesas de inversiones. Massa sabe que su futuro político está atado al éxito de su gestión económica, al margen de juego que pueda retener frente a Cristina Kirchner y, también, lidiar con cualquier imprevisible torpeza de Alberto Fernández.