Mientras los consumidores argentinos observan cómo el alza de precios de la comida en los supermercados continúa creciendo, la organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) informó que el costo de los alimentos registró una baja importante en julio, tendencia que volvió a repetirse en agosto.
De esta manera se pone punto final a especulaciones apocalípticas realizadas desde el comienzo de la ofensiva de la Federación de Rusia a Ucrania ocurrida el 24 de febrero último, que incluyeron severas advertencias de políticos socialdemócratas, en el sentido de que comenzaría una etapa de hambruna mundial.
Lo cierto es que el sistema de seguridad alimentaria global funcionó, a pesar de algunos sacudones al alza en los mercados de referencia como el de Chicago durante marzo pasado, y el reciente acuerdo sellado en Naciones Unidas para que las exportaciones de granos ucranianos salgan del puerto de Odessa con destino al continente europeo, africano y asiático ha sido un éxito que explica, en parte, el descenso en las cotizaciones a los niveles anteriores al estallido de la guerra.
Además, las granjas de Rusia han logrado un alto grado de productividad y las preocupaciones sobre la escasez pueden haber sido exageradas desde el primer minuto de la invasión.
