Por la falta de personal para la cosecha de naranjas, que todavía se está desarrollando, Ranger cree que “este año se perderían 500.000 kilos”, que no se terminarían recolectando en esa región.
“Es el problema más grave, porque la gente no quiere asegurarse. Cuando una persona viene y le querés dar trabajo, le pedís el documento para darle de alta en Afip, ahí se pega media vuelta y se va; la gente no quiere perder los planes, no quiere ficharse”, explicó el citricultor.
Ranger dijo que debido a ese choque de intereses entre los planes sociales y el trabajo formalizado no se encuentra personal o bien se termina aceptando trabajo en “negro” no registrado. El empresario dijo que el responsable de eso es “el Estado que te dice paga impuestos, tené a la gente en blanco, tecnificate y, por el otro lado, te pone la mano de obra en contra; es algo ilógico”.
Ranger espera respuestas de las autoridades políticas al respecto. A su juicio, se podría resolver con un simple acto administrativo del gobierno, por el cual por el cual el personal necesario para las cosechas se pueda blanquear sin por eso pierda el subsidio estatal.
Comentó que habló con Luis Basterra al respecto y que el ministro de Agricultura se mostró interesando y preocupado en el tema. Pero, mientras tanto, las naranjas van cayendo al suelo en las chacras de los productores que no aceptan contratar personal en “negro”.
La resolución 64/2020 de la Comisión Nacional de Trabajo Agrario (CNTA) establece para el presente mes de febrero un jornal mínimo diario de 1273 pesos para peones que se desempeñen en fincas citrícolas de la provincia de Misiones.
Con respecto a la cuestión de la inseguridad rural, el productor señaló: “En Misiones nos roban grandes cantidades de naranjas todos los días pese a las denuncias. El problema es que no hay control. Cuando ves que se roba es porque no se controla. El Estado tiene la suficiente estructura para decir ‘robo cero’ si quisiera, pero cuando no se quiere, no se puede”.
Esas situaciones de inseguridad son moneda corriente en la provincia y también la falta de respuestas por parte del gobierno y la Justicia provincial. Por eso los productores organizaron una protesta tras la cual vino la promesa oficial de mayores controles policiales y de una mejor organización judicial para darle curso a las denuncias. Pero Ranger se mostró poco optimista respecto de esos anuncios: “Promesas siempre hay, ahora, que se cumplan…”.