En Italia, algunas iglesias católicas ya permiten ofrendas con tarjeta o billetera virtual mediante tótems. Otras iglesias del mundo también aplican tecnologías similares para modernizar sus colectas.
En Italia, algunas iglesias católicas están incorporando tótems de pago para que los fieles puedan dejar sus ofrendas con métodos modernos: tarjeta de crédito, débito o billeteras virtuales. Sí, como cuando pagás el café, pero en lugar de jarra de limosna, pasás la tarjeta.
Esta innovación permite que quien quiera colaborar no necesite buscar su billetera cargada de monedas justo al doblar la esquina del templo. La movida suena tecnológica, casi futurista, y está pensada para adaptarse a la realidad actual: menos efectivo en los bolsillos y más pagos digitales al toque.
¿Solo en Italia? No: ya existen en el mundo
Iglesias de Inglaterra están haciéndolo desde hace años. La Church of England instaló dispositivos contactless en más de 16.000 templos, y el resultado fue sorprendente: doblaron sus donaciones en apenas cuatro meses gracias a esos tótems digitales
En Estados Unidos, algunas iglesias católicas, como en Omaha, Nebraska, permiten donar por teléfono, app o quiosco digital, lo que ayuda mucho a planificar los presupuestos del templo.
Y en otros países como Suecia, donde casi todo se paga digitalmente, ya existen «kioscos de donación» en iglesias.
El modelo también se usa en la Iglesia Anglicana de Derby, Inglaterra, donde instalaron equipos contactless y reportaron donaciones adicionales de más de £300 en algunos meses.
Así que sí: las iglesias del mundo entero se están subiendo al tren del cashless.
Dios evoluciona, y sus iglesias también. Antes uno se subía al banco, entregaba las monedas y rezaba en silencio. Ahora podés pasar tu dedito sobre un tótem con Apple Pay y seguir rezando como si nada.
“Es como si Jesús quisiera su limosna con tarjeta también”, diría un fiel moderno. Y no sería raro: con tanta película distópica, esto ya parece normal.
Lo más irónico es que ya no tenés que preocuparte por tener monedas para encender la vela del recuerdo. En Barcelona, algunas iglesias usan máquinas expendedoras que aceptan pagos digitales por velas votivas.
La religión abraza lo digital, y la piedad se mueve al ritmo de las notificaciones ding. En vez de buscar cambio, ahora uno busca Wi-Fi, y de paso colabora con el templo… desde una app.
Bienvenidos a la era donde hasta la fe entra en el mundo digital.
