En los últimos días comenzó a virilizarse, principalmente a través de grupos y estados de Whatsapp el famoso esquema La Flor de la abundancia, conocido en también como Mandala o Telar.

 

Este viejo sistema de estafa piramidal atrae al publico. Mucho mas en estos tiempos difíciles en la economía de las personas. Los participantes aportan sus fondos con la esperanza de recibir su inversión multiplicada.

¿Como Funciona?

 

La persona que esta en la cima, consigue a otras dos, quienes a su vez tienen que conseguir a dos más y así. Se puede pensar de dos maneras: como la del recién llegado que pone plata, o bien como la del más veterano del grupo que es quien la recibe. Mucha gente dice que no es una estafa, que les funcionó, y la verdad es que a veces sí funciona pero uno de los problemas principales que tiene el telar, es que llega un punto en que no hay más gente para que participe porque, por ejemplo, cuando se llega a la repetición número 20, hay millones de personas involucradas».

 

https://twitter.com/hookdump/status/1146838479130824704

 

En muchos casos; la persona que arma este sistema, busca un influencer, o personas con muchos seguidores en redes sociales, con muchas interacciones y es allí donde empieza a esparcirse y empiezan a captar allí a los inversores que supuestamente van a generar muchas ganancias entrando al telar.

 

 

«Hay personas que tienen miedo de este sistema, por eso no publicamos mucho en Facebook o las otras redes, porque siempre están los que no entienden y confunden a la gente. Dicen que no va a funcionar, que estamos estafando y no es así. En los grupos o en los estados de Whatsapp es mas sencillo, porque ahí te escribe la gente que realmente esta interesada, no te hacen bardo» Relato uno de los que ofrecen sumarse a la Flor de la Abundancia.  

 

 

Si todo funcionara como dicen, a una persona que está por entrar al Telar y que pone como inversión $2.000, le prometen que en cuatro meses va a multiplicar ese monto por ocho. ¿Cómo funciona?, hay cuatro fases cada una correspondiente a un elemento: fuego; aire; tierra y agua. Eso se recorre en un mes cada uno. Cuando la persona ingresa entra en un grupo por ejemplo hay 15 mujeres en la fase ‘agua’, en donde ponen dinero inicialmente. En un mes, una sola va a cobrar y las 14 restantes no. La que cobra que es una sola, se lleva estos casi treinta mil pesos».

 

 

 

«Luego se arma un segundo mandala que es el de la ‘tierra’, lo que implica entonces la participación de 30 mujeres, de las cuales van a cobrar solamente 2. Las 28 restantes no. Para que esas dos cobren esa suma importante, el resto tendría que haber puesto una suma grande inicial. En el tercer mes se pasa al elemento ‘aire’, el cual implica armar cuatro mandalas por lo que hay que multiplicar 15 por cuatro, lo que da un total de 60 mujeres, de las cuales sólo cobrarán 4, mientras que las otras 56 tienen que esperar. En la fase de ‘fuego’, implica que se armen 8 mandalas, es decir ocho grupos de mujeres, que como son de 15 mujeres, el total de participantes es 120. Ahí sólo 8 cobrarán, mientras 112 no. Esto se repite indefinidamente.

 

Luego de esto comienzan las irregularidades y lo que lo hace insostenible. «En la segunda fase, el segundo mandala, es muy difícil encontrar a 30 mujeres y que aporten todas por ejemplo 5.000 pesos y ahí comienza el tema de que se les ofrece que lo paguen en cuotas. Algunos dicen que por cada elemento debe pasar un mes, pero en realidad cuando llegan a esta segunda fase que implica armar dos mandalas. Se dan cuenta entonces que ya no se va a cobrar como se prometió. Lo que puede ocurrir también es que una de las que participe en esta fase, ve que no suma más mujeres al mandala y por ende no va a cobrar entonces se suman al engaño: mienten por el hecho de salvarse. El que recibe la plata es el que inicia el Telar. 

 

¿Cuál es el truco? Todo el tiempo hacen falta nuevos “donantes para no quedar del lado de los estafados. Así, cada vez que uno sube de nivel, otras siete personas quedan “boyando a la espera de subir ellas mismas al máximo nivel.

Eventualmente, al quedarse sin interesados (y esto va a pasar siempre), la cadena se rompe y queda un tendal de perdedores. Gráficamente, si la flor o mándala se “reproduce 10 veces, solo habría 10 ganadores y 70 estafados.

 

La estafa original

 

Ponzi se dio cuenta, en 1919, que en los cupones que los inmigrantes italianos mandaban desde los Estados Unidos (donde él estaba) a Italia para que los cambiaran por dinero y pudieran responder las cartas había un gran negocio. Para aprovecharlo, abrió la empresa Securities Exchange Company, a través de la cual empezó a repartir cupones que, decía, dejaría al beneficiario de 50% en 45 días o del 100% luego de tres meses.

 

Durante los primeros meses no hubo problemas y Ponzi se convirtió, de la noche a la mañana, en un empresario ejemplar: los intereses se pagaban sin demoras, por lo que llegaba más dinero proveniente tanto de ahorros como de hipotecas que se sacaban para entrar en el “negocio .

 

Todo se derrumbó cuando el analista financiero Clarence Barron (que más tarde se convertiría en el editor de The Wall Street Journal), por cuenta y cargo del diario Boston Post, denunció que a pesar de los intereses que se pagaban, Ponzi no reinvertía en su empresa. Barron calculo que para cubrir las obligaciones que se iban generando hacían falta 160 millones de cupones en circulación pero que en realidad solo había 27.000. Esto hizo que una multitud de personas demandaran su dinero frente a las oficinas del inmigrante italiano.

 

Por Fernando Estel. Fuente: Wikimedia Commons.

El 1 de noviembre de 1920, Ponzi fue declarado culpable de fraude. Primero le dieron cinco años, pero salió a los tres, pero luego fue condenado a nueve años más. Sin embargo, no llegó a cumplir la condena porque escapó al estado de Florida, donde intentó una nueva estafa. Le fue imposible, su fama lo precedía. Lo mismo sucedió en el de Texas.

 

Al final, terminó en la prisión de Massachusetts, donde estuvo hasta 1934. Cuando salió, un grupo de estafados quiso lincharlo pero la policía lo protegió. Fue deportado a Italia (no estaba nacionalizado estadounidense) y, luego de intentar una vez más su esquema, terminó trabajando para una línea aérea italiana que volaba a Brasil. Allí fue parte de una operación de contrabando de material estratégico.

 

Murió el 18 de enero de 1949, en Río de Janeiro, sumido en la miseria. Su lugar en la historia de la economía, de cualquier manera, quedó asegurado.

 

 

 

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