Cifras oficiales de la Asociación de Concesionarios de Automotores (ACARA), muestran que entre enero y junio de 2024 se vendieron un total de 182.399 autos 0 kilómetros.
Esto significa una caída del 22,6% en las ventas respecto al mismo semestre de 2023, pero también 12,9% inferior que en 2022 y un 13,5% peor que en el primer semestre de 2021. Las referencias más cercanas anteriores son las del año de la pandemia, 2020, cuando apenas se vendieron 153.400 unidades. En comparación con esta caída la del 2024 es del 26,9%.
Se esperaba que la recuperación continuará después de que los datos de abril y mayo no lograron seguir mejorando en junio, cuando se registró una caída del 14,1%.
Ante este escenario, que también se vio afectado por las inundaciones en el sur de Brasil que dejaron a las fábricas en Argentina sin repuestos ni suministros de insumos, algunos fabricantes implementaron algunos ajustes muy profundos para adecuar la demanda que viene en caída.
El sindicato Smata Córdoba, que agrupa a los trabajadores de la industria automotriz y autopartista de esta provincia, han mostrado gran preocupación por la situación que se vive en las tres plantas de fábrica de automóviles que tiene la provincia. Se trata de Stellantis con su planta de Fiat en Ferreyra, Renault/Nissan con su planta de Santa Isabel e Iveco con su centro de fabricación también en Ferreyra. Volkswagen también tiene un centro de fabricación que produce cajas de velocidad, camiones y ensambles de motos Ducati.
El encargado de prensa del sindicato Smata, Javier García, explicó que “la baja se siente y no sólo afecta a los operarios de las fábricas sino a todos los proveedores directos e indirectos. Por eso estamos trabajando en conjunto con las fábricas para que el impacto sea el menor posible sobre las fuentes de trabajo”.
La crisis económica comenzó a observarse en el panorama el año pasado, cuando las plantas comenzaron a tomar medidas para enfrentar la inminente baja de la producción.
Renault anunció un plan de retiros voluntarios con compensaciones asequibles para quienes lo acepten, al tiempo que decidió no renovar una serie de contratos vencidos, ofrecidos a quienes se retiraron antes de la fecha de finalización del contrato un monto de dinero importante que no sería la misma si decidían continuar hasta el final de la relación laboral. Muchos operarios tomaron esta alternativa y se redujo el personal en un importante número.
Como no hubo recuperación como se esperaba, la siguiente decisión fue reducir de dos turnos a uno, lo que resultó en que la propia planta de ensamblaje de automóviles de Renault redujera de 8 a 6 horas de trabajo, manteniendo dos turnos en la línea de producción que comparten con Nissan, que fabrica las camionetas Frontier y y Alaskan, aunque existen cortes alternativos para adecuarse.
En la planta de Fiat, en cambio, no se ha reducido la carga horaria ni los dos turnos habituales, pero han adecuado el volumen de unidades de Fiat Cronos que se producen para amoldar la producción a una menor demanda de ventas y exportaciones. De todos modos, se ha acordado que se puedan generar paradas de producción si se consideran necesarias.
Iveco, por su parte, también ha acordado reducir la jornada a 6 horas en lugar de las 8 anteriores para la producción de camiones y buses para adecuarse a la situación del mercado. Finalmente, en Volkswagen, que tiene tres plantas en el centro industrial Córdoba, en dos de ellas se ha reducido también a 6 horas y en la restante se mantiene el esquema de 8 horas de trabajo.
En todos los casos, lo que se está intentando entre sindicato y fábricas, es que la reducción de horas no impacte fuertemente en los salarios, por lo que se están alcanzando acuerdos que van desde pagar 7 horas aunque se trabajen 6, o que se paguen 6 completas y el 75% de las dos horas que no se trabajará. Estas negociaciones se estarían cerrando en los próximos días, aunque algunas ya se han acordado.