Tras el diálogo con gobernadores, Milei reactivó obras públicas por $85 mil millones y licitó 1.800 km de rutas en todo el país.
Tras las elecciones y en un clima político más distendido, el Gobierno de Javier Milei dio un giro inesperado en materia de infraestructura: reactivó obras públicas por más de $85 mil millones y lanzó una megaconvocatoria para concesionar 1.800 kilómetros de rutas y autopistas nacionales.
El viraje llega luego de los contactos con gobernadores, incluso de distritos no alineados con La Libertad Avanza, y de la decisión del Ejecutivo de corregir el Presupuesto para autorizar la contratación de 10 obras prioritarias a ejecutar en tres años.
Hasta ahora, la gestión libertaria mantenía paralizadas 2.692 obras nacionales de las 6.700 iniciadas durante el gobierno de Alberto Fernández, según un informe de Chequeado y la Red Federal de Periodismo e Innovación. Más de la mitad —el 54%— no había tenido ningún avance en lo que va del año.
Un nuevo modelo de gestión
En el discurso oficial, el cambio no implica una vuelta atrás, sino la consolidación de un nuevo paradigma. El Estado, explicó el ministro de Economía Luis “Toto” Caputo, dejará de ser “un operador deficitario” para transformarse en regulador y garante de la competencia. El objetivo: mayor transparencia, eficiencia y calidad en los proyectos de infraestructura.
En ese marco, Caputo anunció por X (ex Twitter) la apertura de licitaciones nacionales e internacionales para dos tramos estratégicos:
Sur–Atlántico–Acceso Sur, de 1.325 km, que incluye las rutas nacionales 3, 205 y 206, además de las autopistas Riccheri, Newbery y Ezeiza–Cañuelas.
Tramo Pampa, de 547 km, sobre la Ruta Nacional 5 entre Luján y Santa Rosa.
Las obras “descongeladas”
Entre los proyectos reactivados se destacan inversiones en Tierra del Fuego, Santa Cruz, Chubut, Santiago del Estero, Córdoba, Tucumán, Rosario, Las Rosas y CABA, con fondos distribuidos hasta 2026.
Las más significativas son:
Sistema de provisión de agua potable para el Gran San Miguel de Tucumán, con una inversión de $25.938 millones.
Conservación de la Ruta Nacional 11 (Rosario–Santa Fe), con un costo de $17.516 millones.
Reparación integral de la Ruta 33 y la 178 en Santa Fe, por más de $28.000 millones en conjunto.
Construcciones en parques nacionales del sur del país bajo el Proyecto Paisajes, con obras de infraestructura y servicios.
Red Federal de Concesiones
La medida se enmarca en la Red Federal de Concesiones, una de las reformas estructurales más ambiciosas del oficialismo. Busca liberar al Estado de funciones operativas, atraer inversión privada y modernizar el sistema vial argentino.
La Dirección Nacional de Vialidad supervisará los contratos y los estándares de servicio. El esquema replica modelos aplicados en Europa y América Latina, donde la iniciativa privada asume la operación y el mantenimiento de rutas a cambio del cobro de peajes o cánones de gestión.
Efectos de la parálisis
La suspensión de obras había golpeado con fuerza a las provincias: hospitales inconclusos, falta de agua potable, cloacas sin tratamiento, rutas intransitables y turismo paralizado. Ahora, los gobiernos locales buscan acordar con Nación qué proyectos pueden continuar bajo esquemas mixtos de financiamiento.
Una señal política y económica
La reapertura de obras no solo responde a la necesidad de inversión y generación de empleo, sino también a un gesto político de distensión tras los comicios. El Gobierno intenta consolidar un nuevo equilibrio fiscal sin dinamitar los vínculos con las provincias ni frenar del todo la obra pública.











