El presidente Javier Milei vetó la Ley de Financiamiento Universitario aprobada por el Congreso. La oposición convoca a una sesión especial en Diputados para rechazar la medida.
El Gobierno volvió a encender la mecha del conflicto político. Pese a que aún le quedaba un día por reglamento, el presidente Javier Milei decidió vetar la Ley de Financiamiento Universitario, sancionada días atrás en el Congreso con amplio respaldo.
El propio Milei ya lo había anticipado: “si aprueban esta norma, la voy a vetar”. Y cumplió. La decisión se justifica desde Casa Rosada como parte de la “coherencia” en mantener su rumbo económico y político, aunque el trasfondo es claro: un nuevo golpe directo al sistema universitario público que atraviesa una crisis histórica de recursos.
La medida cayó como un baldazo de agua fría en la oposición, que ya confirmó que pedirá una sesión especial en la Cámara de Diputados para el próximo miércoles. El objetivo es abrir el camino para intentar revertir el veto presidencial y dejar expuesto el costo político de la decisión.
Mientras tanto, las universidades siguen sumergidas en la asfixia presupuestaria, los estudiantes multiplican las protestas y los rectores denuncian que el ajuste del Gobierno amenaza la continuidad de carreras y servicios básicos. El veto, lejos de cerrar la discusión, abre un nuevo capítulo de tensión entre Milei y el Congreso, con la educación pública otra vez en el centro de la tormenta.
