Florencia es una niña de 5 años procedente del Chaco Salteño y oriunda del pueblo originario Wichi de Santa Victoria Este. El pasado 11 de julio llegó a Córdoba junto a su mamá Yanina, de 25 años, para realizarse un tratamiento de pie bot que, generalmente, se realiza en los primeros meses de vida.
Lo que sucede es que en Argentina aún son muchísimas las localidades que no tienen acceso a derechos básicos como son el agua potable, el gas, la electricidad y la salud pública, entre muchas otros.
Las realidades son tan distintas a lo largo y a lo ancho de nuestro país que traer a una niña a realizarse un tratamiento médico genera también la necesidad de pensar en el acompañamiento integral de ese niño en una sociedad tan distinta a la conocida.
Así fue como plantearon la situación desde la Fundación Cultura Nativa, quienes primero diagnosticaron a Florencia, quién en ese entonces tenía 4 años. En mayo, Yanina se acerco con su hija al operativo de la Fundación por un cuadro de resfriado, común en niños de esa edad. En ese instante el Pediatra identifica el problema de pie bot: una condición con la que el niño nace y determina que las plantas de los pies se vayan hacia atrás y adentro.
Los familiares de Florencia indicaron que habían consultado por el tema en Tartagal, una ciudad salteña, pero no habían tenido éxito y pidieron ayuda ya que no cuentan con las posibilidades económicas para viajar y sostener un tratamiento de ese tipo fuera de su casa.
En la localidad de Santa Victoria, de donde es oriunda Florencia, predomina la etnia wichi y es una zona de extrema vulnerabilidad social y económica. Yanina y Florencia viven con 12 parientes más en una pieza de 5 x 5 metros. Con techo de chapas, paredes de tronco y lona y piso de tierra. El baño está alejado. Es similar a la casa donde duermen.
El agua llega a través de una bomba, solo fría. En invierno, se calienta agua. Para cocinar o inverno para calentarse lo hacen con fuego que prenden en el piso, dentro de la habitación. La comida es escasa y no hay accesibilidad en salud.
PIE BOT: EL CASO DE FLORENCIA
Al diagnosticarle pie bot a Florencia, la Fundación Cultura Nativa, rápidamente articuló con instituciones de salud privadas para la venida de Florencia a Córdoba y proceder a una cirugía correctiva.
Sin embargo, debían resolver también el tema de la residencia de Florencia y su mamá mientras durara el tratamiento, factor clave en el contexto social del caso. En paralelo, se hicieron interconsultas con profesionales del Hospital de Niños de la Santísima Trinidad, en donde existe un reconocido un Programa Especial e Interdisciplinario de Pie Bot, de alto prestigio en la comunidad médica.
“Nos costó mucho trabajo conseguirle el lugar”, señala la Dra. Elizabeth Macedo Coordinadora Médica de la Fundación. “Siempre estuvimos seguros de que la mejor opción era que se quedara en Casa Ronald. Era la mejor opción para que Yanina y flore estuvieran cerca del hospital, contenidas en marco de cobijo y acompañadas por otras personas y familias en situaciones similares”.
Diego Piacenza es el coordinador del Programa de Pie Bot en el Hospital de Niños y estuvo a cargo del tratamiento de Florencia.
El método de tratamiento para este tipo de condición, más usado y aceptado mundialmente es el Ponseti. “Consta generalmente en tres etapas”, comentó Piacenza.
En el caso de Florencia, primero pasó por la manipulación y yesos seriados que se cambiaron semanalmente. De esa manera se va llevando al pie a pisar con la planta. “Esta parte del tratamiento duró casi un mes, previo a la cirugía”, comentó Diego.
La segunda etapa, consistió en su cirugía correctiva. Cuando el niño es recién nacido y el pie ya está en condiciones, se practica una intervención más simple llamada tenotomía.
“Debido a lo avanzada de la condición por la edad de la paciente además de la tenotomía se realizó una transposición del antibial anterior. Si bien no es una incisión de envergadura mayor a la normal, en este caso se combinaron ambos”, profundizó el médico Coordinador.
La tercera y última etapa fue la colocación de férulas y rehabilitación, a la cual Florencia “está respondiendo magníficamente y por eso se lo considera un caso emblema para el Programa”.
“Correcciones de este tipo mejoran totalmente la calidad de vida del paciente: desde caminar con la planta del pie, poder usar un calzado común, correr y transitar sin dificultad y al ritmo acorde a la edad”, sostuvo el equipo de Programa de Pie Bot. Gracias a este tratamiento Florencia pudo usar zapatillas por primera vez en sus 5 años de vida.
EL CONTEXTO SOCIAL Y EL ACOMPAÑAMIENTO INTEGRAL
La llegada de Florencia a Córdoba y a la Casa Ronald estuvo precedida por muchas gestiones, pedidos y actores para que pudieran ingresar al Programa, teniendo en cuenta el contexto social.
“Había otras opciones de alojamiento, pero lo complejo era la contención. No podía ser cualquier lugar. Era la única posibilidad para ellas y su supervivencia”, cuenta la Dra. Macedo. Al ser tratada en el Hospital de Niños, quien trabaja en alianza exclusiva con la Casa Ronald, la familia pudo contar también con la posibilidad de encontrar este lugar que sirvió de cobijo durante las 80 noches que duró el tratamiento.
Una vez resuelto el tema del lugar de residencia, desde la Fundación, se armó un operativo muy especial para buscar a Florencia y Yanina. Llegaron a Córdoba el domingo 10 de julio, luego de casi 24hs de viaje.
Florencia sólo habla wichi aunque entiende algo de castellano. Su madre, Yanina, maneja ambos idiomas pero era su primera vez lejos de su familia. “Tenía mucho miedo, cuenta Yanina. Mi mamá me había asustado mucho con el viaje y la gente”, contó.
“La Casa es bien bonita. Me gusta mucho la cocina y el patio. Conocí mucha gente en este tiempo”, comentó Florencia.
La Casa Ronal, no soló fue la estadía de ambas durante esas 80 noches sino que Florencia pudo escolarizarse y completar parte del programa curricular correspondiente al nivel inicial en la Escuela Hospitalaria y Domiciliaria Atrapasueños. Flor nunca había tenido la posibilidad de asistir a un jardín de infantes.
Desde hace poco más de una semana, Flor, esta pequeña que ilumina toda con su sonrisa, comenzó a dar sus primeros pasos.
El pasado viernes 30 de septiembre fue dada de alta. Flor continúa con sus ejercicios de rehabilitación en su casa en Santa Victoria y lo más importante es que volvió a reunirse con sus hermanos, abuelos, tíos y primos que tanto extrañaba.