Se trata de una mujer de 66 años que llevaba una semana internada en un centro para pacientes con Alzheimer de Estados Unidos. Dos días después del hecho falleció.
El día 28 de ese mes la admitieron para cuidados paliativos y el 3 de enero una enfermera facultativa la declaró muerta, informan medios locales.
A continuación, el personal del centro notificó a un miembro de la familia y dio aviso a la funeraria y crematorio de Ankeny, en Iowa.

Aproximadamente una hora y media después, el gerente de la funeraria colocó el cuerpo de la mujer sobre una camilla dentro de una bolsa para cadáveres y la cerró con cremallera. Tampoco vio señales de vida en ese momento.
No obstante, horas más tarde, ya en el tanatorio, se descubrió que la mujer todavía estaba con vida y respirando, aunque sin respuesta motora. El informe también destacó que la paciente había sufrido previamente convulsiones menores y tenía la piel moteada, un indicio de muerte cercana.
Según recoge NBC News, las autoridades establecieron que el centro de Glen Oaks no garantizó “los cuidados y servicios apropiados” para que la paciente recibiera una atención “digna al final de la vida”, dice RT.
Además, se estableció que uno de los empleados había trabajado durante 12 horas en un turno nocturno antes de tomar la decisión sobre la condición física de la paciente.
(Fuente: LV)