Los incendios en Corrientes no ceden y cada vez son más las hectáreas consumidas por las llamas, en especial en el sur de la provincia. Entre productores, bomberos y brigadistas tratan de ponerle coto al fuego
Los incendios siguen haciendo estragos en Corrientes, y la situación lejos de mermar tras más de un mes y medio de fuegos por doquier, se sigue agudizando a la espera de las tan ansiadas lluvias que permitan controlarlo. Pero a medida que avanzan las llamas por gran parte del territorio provincial, también se van revelando historias de los productores agropecuarios, cuyo ímpetu, valentía y compromiso, junto al de gran parte de la sociedad, no ceden en su lucha, a pesar del agobio y cansancio que ya se hace sentir.
Tal es el caso del productor Agustín Aguerre, de 38 años de la zona de Curuzú Cuatía, cuya empresa familiar sintió el rigor de las llamas a pesar de un combate de casi dos días sin descanso. Así, el avasallante progreso del fuego consumió “casi el 90% del campo”, afectando no solo la infraestructura y los pastos, sino también haciendo mella sobre el ganado.
“A nosotros se nos quemó entre el 85% y el 90% del campo. Tenemos ovejas, vacas y caballos quemados y todas nuestras instalaciones incendiadas. Pudimos salvar la casa de casualidad gracias a la ayuda de la gente, que es lo único que te fortalece para seguir. Es increíble la cantidad de gente que se solidariza. Es una suerte de cooperativa que se formó con esto que nos está pasando, que nos tiene a maltraer hace 45 días, es un flagelo”, explicó Aguerre.
El relato sobre el avance de las llamas parece de película. En primer lugar, el productor está convencido que el foco de incendio que se produjo fue intencional, “como gran parte de los de la provincia”. Según comentó, el fuego que afectó a su explotación comenzó este martes al mediodía en un campo vecino a siete kilómetros de distancia. Solo tres horas después el fuego ya estaba atravesando sus alambrados a pesar de los cortafuegos hechos y del “ejército” de personas esperando para atacarlo.
No obstante, cuando el incendio se acercó a 30 metros de donde estaban, los productores y vecinos devenidos en bomberos tuvieron que alejarse, para intentar sofocar las llamas desde la vera de un arroyo. Allí tampoco pudieron, y una vez que el viento viró el fuego simplemente se descontroló. “Hasta las 4 de la mañana luchamos contra el fuego y lo logramos controlar, gracias a los vecinos”, dice Aguerre, en medio de un estado de elevado agotamiento.
Solidaridad
Pero ahí no terminó todo. Como dijo Aguerre, el factor común es la solidaridad, por lo que si bien la batalla en su explotación había concluido, no así en las de sus vecinos. “Recién al mediodía de hoy pudimos salvar seis casas de que no se prendieran fuego, con el trabajo entre vecinos, bomberos, aviones hidrantes, pero se quemaron 14 campos, como así también forestaciones,que también fueron prendidas de manera intencional”.
“Nunca vimos algo así. Jamás. No hay nada que dé abasto”, lamentó Aguerre, quien finalizó con una dura conclusión: “Somos miles los productores de Corrientes que estamos pasando por esto. Hay que agradecer el apoyo de la gente, que es lo único que nos da fuerza, porque esto te pone de rodillas, te hace llorar y te pone mal, no por las pérdidas económicas en sí, sino porque es desmoralizante, ver que el sacrificio de tu vida y de tus abuelos se van al carajo”.