En trabajos articulados entre productores, la policía para la prevención del robo de animales, lograron recuperar carne faenada y detener a cuatreros
El trabajo articulado entre colonos y efectivos de la Unidad Regional VII en campos de la localidad de San José se evidenció en las últimas horas, tras la detención de un hombre de 23 años acusado del robo y faenado de un toro de raza Brangus de unos 800 kilos que estaba valuado en unos 2 millones de pesos.
Tras un allanamiento ordenado por el Juzgado de instrucción nro. 4 alrededor de las 20 horas, los investigadores de la Policía detuvieron a uno de los principales cabecillas de una gavilla de ladrones de vacas y toros en campos de San José y Apóstoles.
El procedimiento fue realizado en una propiedad ubicada sobre la ruta provincial 1, en donde se secuestraron cuchillos, chairas y ganchos para carnear los animales, además de unos 25 kilos de carne de toro que fue faenado días atrás y que estaban en un freezer.
Además del presunto cuatrero, fueron demorados otras dos personas, quienes fueron supeditas pero notificadas de la causa. Asimismo, ayer por la mañana, en un aljibe de agua de unos 8 metros de profundidad, ubicado en la propiedad de la madre del implicado, fueron incautados restos del toro colorado. Unos 70 kilos de carne que estaban atados con una frazada y sumergidos en el fondo del pozo.
A estos procedimientos también se le suman otros 50 kilos de carne que fueron secuestrados la noche anterior en una vivienda del barrio San Martín, la que incluso fue allanada por la Comisaría 1.ª de Apóstoles.
Por otro lado, en 25 De Mayo, dos hermanos de 16 y 15 años fueron notificados por una causa de “abigetado en grado de tentativa, tenencia y portación ilegal de arma de fuego, agravado por la participación de menores”, la cual fue ordenada por el Juzgado de Instrucción nro. 1 de Oberá.
Asimismo, tras un allanamiento en el domicilio de los menores, los efectivos de la comisaría local secuestraron una escopeta calibre 28, arma presuntamente utilizada para el ilícito.
El compromiso por parte de los productores con la Policía en materia de prevención es un trabajo constate, lo que lleva a que los investigadores puedan individualizar y detener a los cuatreros y sus cómplices.