Un joven robó ventanas de aluminio de una iglesia en Campo Grande y las puso a la venta en redes sociales. La Policía lo atrapó simulando ser compradores.
Parece que la tentación no solo vive en las novelas: en Campo Grande, un joven de 24 años decidió que las ventanas de una iglesia serían un gran negocio… y que Facebook era la vidriera perfecta para venderlas.
La historia empezó cuando el encargado del templo, ubicado en una zona rural de la Sección 9na, notó que las diez hojas de aluminio habían desaparecido misteriosamente. Un vecino confirmó las sospechas: alguien había desarmado las aberturas del lugar santo y se las había llevado.
La Policía, que no tiene alas pero sí redes, comenzó a rastrear pistas y dio con un anuncio en un grupo de compra-venta. Ahí estaban, brillantes y plateadas, las mismísimas ventanas del templo, esperando comprador.
Con la información en mano, los efectivos organizaron un operativo encubierto. Se hicieron pasar por interesados, pactaron un encuentro en la avenida Guayaba de Oberá y, en el preciso momento de la “entrega”, le pusieron fin al negocio ilícito.
El joven fue detenido en el acto y, como bonus track, las diez hojas robadas fueron recuperadas intactas. Ahora, tanto él como las ventanas descansan en la comisaría, aunque con destinos muy distintos: unas volverán a la iglesia, y el otro, probablemente, a reflexionar detrás de otras rejas.
