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Se cumplen 26 años del crimen de José Luis Cabezas

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La muerte de José Luis Cabezas marcó un antes y un después en el periodismo argentino. El reportero gráfico es recordado como el primer trabajador de prensa que murió a raíz de su trabajo en la Revista Noticias desde la vuelta de la democracia en 1983.

 

 

Un año antes de su asesinato, le había sacado una foto a Yabrán, propietario de OCA, en una playa de Pinamar. Algo que, según determinó una investigación judicial, el empresario no estaba dispuesto a perdonar. Todo el mundo lo conocía, pero prácticamente nadie había visto su cara antes. “Sacarme una foto a mí es como pegarme un tiro en la cabeza”, decía.

 

 

 

Alfredo Yabrán fue fotografiado por el periodista José Luis Cabezas en la localidad de Pinamar, en 1996 (José Luis Cabezas/Perfil)

El viernes 24 de enero, Cabezas, junto al periodista Gabriel Michi, fueron a cubrir una fiesta que organizaba el empresario Oscar Andreani a la que llegaron en un Ford Fiesta Blanco, el vehículo que la revista les había alquilado para el evento. Para las 4 de la mañana, Michi decidió irse y Cabezas se quedó para sacar algunas fotos más.

 

 

 

Horas más tarde, su cuerpo apareció quemado con alcohol metílico en el interior del auto. El fotógrafo tenía sus manos esposadas y dos proyectiles de un arma calibre 32 alojados en su cavidad craneana. Cuando fue asesinado, tenía 36 años y una pequeña hija.

 

 

 

José Luis Cabezas y su hija. (NA)

El primer juicio por el crimen de Cabezas se llevó a cabo en enero del 2000, en el mismo tribunal de Dolores en el que hoy en día se realiza el juicio a los rugbiers por el asesinato de Fernando Báez Sosa.

 

 

 

 

Por el homicidio del reportero gráfico, la Justicia condenó a prisión perpetua a los policías Gustavo Prellezo (autor material del crimen), Aníbal Luna y Sergio Camaratta, y a los integrantes de la “La Banda de Los Horneros”, entre los que se encuentran José Luis Auge, Horacio Braga, Sergio Gustavo González y Héctor Retana. También, la misma condena fue dictada para Gregorio Ríos, jefe de Seguridad de Yabrán, y el comisario Alberto Gómez, por liberar la zona.

 

 

 

 

En tanto, el empresario postal nunca sufrió una pena: en mayo de 1998 se suicidó de un escopetazo en una estancia ubicada en la provincia de Entre Ríos, donde se ocultaba de una orden de detención dictada por el juez federal, José Luis Macchi, que lo acusaba de ser el autor intelectual del crimen de Cabezas.

 

 

 

 

Finalmente, Camaratta murió en prisión en 2015, y dos años después, el resto de los condenados quedaron en libertad.

 

 

 

“Acá no hay justicia para estos crímenes. Después salen porque se portaron bien”, dijo al respecto Gladys, la hermana de José Luis.

 

 

 

«No se olviden de Cabezas» es el lema con el que año a año se recuerda al crimen del reportero gráfico.

La mujer de 62 años, quien pelea incansablemente para mantener viva la memoria del fotógrafo, se refirió al presente de Prellezo: “Tiene matrícula teniendo una condena y se muestra en las redes como el mejor abogado”.

 

 

 

“Lo fui a buscar en Capital. Él decía que no lo dejábamos trabajar, pero acá matar es gratis. No les tengo miedo, son unos cobardes”, expresó.

 

 

 

 

El asesinato de Cabezas fue un hecho que conmovió al país entero y que se convirtió en uno de los mayores símbolos de lucha de la prensa argentina por la libertad de expresión. Hoy, en un nuevo aniversario de su muerte, reporteros gráficos y periodistas vuelven a unirse para alzar su voz y seguir pidiendo justicia.

 

 

 

 

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