Daniel y Ana Parra son hermanos que se conoviron cuando ella tenía 20 años y él 17. A través de las redes sociales se pusieron en contacto y vivieron un sentimiento único.
Según cuentan ellos mismos, son hermanos, novios y padres de dos hijos en este momento, pero la ley española les impide cumplir su gran deseo de casarse.
La red social Facebook sirvió de intermediario para ponerse en contacto por primera vez, se conocieron cuando ella tenía 20 años y él 17.
“Agregué a Daniel desde otro perfil anónimo que no era el mío para que así no viese apellidos ni nada. Simplemente quería curiosear y resolver la duda. Me daba miedo que al contarle toda la historia le pudiera destruir todo su mundo. Aún así, no pude evitar contarle quién era yo”, recordó Ana.
Daniel, por su parte, reveló lo que sabía de una potencial hermana: “Alguna vez me habían dicho que quizá tenía una hermana por ahí, pero mi padre nunca me lo contó, era algo que quiso ocultar”.
Se conocieron, hicieron clic de inmediato y se dieron cuenta de que algo no estaba bien. “Intentamos mantener una relación de hermanos, pero nos costó. Teníamos una relación de amigos que quedaban para verse y contarse las cosas”, dijo.
Entre hermanos, su primer beso.
Hasta el día en que llegó el acercamiento inicial, nada había cambiado. “Estábamos de fiesta, nos acercamos lentamente y nos dimos nuestro primer beso”, recuerda ella con una sonrisa.
Ellos entendieron que era más que un simple beso y que estaban enamorados cuando pasó estyo.
Daniel describió así ese momento difícil: “Estuvimos llorando, nos abrazábamos… date cuenta de que vivíamos juntos. Imagínate que te gusta una chica y, por una cuestión moral, te prohíben estar con ella… pues lo pasas muy mal”. Hasta que rompieron las reglas y mas alla de los prejuicios decidieron vivír juntos.
“La sociedad se rige por unas normas morales y nuestra moral, en el fondo, nos impedía dar ese paso. Y es una tontería ya que, si lo piensas, nuestra relación es como cualquier otra excepto por un libro de familia que dice que somos hermanos de sangre”, dijo, describiendo el cálido vínculo que comparten como hermanos.
En un viaje a Londres, pudieron sentirse liberados y salir del armario al público como pareja.
“Esa fue la primera vez que podemos decir que nos comportamos, de cara al público, como una pareja de verdad. Nos íbamos a cenar, paseábamos… Fue como una explosión de libertad”.
Los dos hijos de Ana y Daniel, de cinco y tres años, están actualmente concurren a un colegio Montessori que acoge a todo tipo de familias.
“Allí encuentras a niños de familias monoparentales, con dos madres o dos padres. Es otra filosofía de estudio, otro tipo de mentalidad. Así que, antes de que entrara la niña al colegio, hablé con el director y les conté la historia. Todos la saben”, todo el mundo la conoce.
Anticipandose a lo que pudiera pasar en un futuro y por su condición de hermanos, la pareja averiguó sobre sus riesgos genéticos que tienen como hermanos y padres.
Dice Ana: “El ginecólogo nos dijo que, en nuestro caso, el riesgo de que nacieran con algún tipo de enfermedad recesiva es de un 4% mayor que una pareja que no comparte genes”.
¿Que dicen las leyes de España sobre el matrimonio entre hermanos?
Aunque el incesto no se considera un delito desde 1978, El Codigo Civil español prohíbe los matrimonios entre familiares directos. Y aunque observaron lo simple que fue lograrlo en Suecia, no lo ven como una alternativa preferida.
Llevan nueve años juntos y lo único que quieren es poder amar libremente sin sufrir discriminación ni restricciones legales. “No hacemos daño a nadie. Por eso queremos que la gente conozca nuestra historia de verdad”, Dice Ana cerrando la nota.