Hoy, Kamala Harris y Donald Trump, dirimen la presidencia en una elección histórica que podría cambiar la agenda política de Estados Unidos y tener un impacto significativo a nivel internacional.
Harris y Trump discrepan en cuanto a las medidas económicas y las reglas para controlar la inmigración ilegal. Además, tienen puntos de vista opuestos sobre temas geopolíticos como Medio Oriente, la guerra en Ucrania, el cambio climático, la relación con China y la relevancia de la OTAN.
La división en la sociedad estadounidense se refleja claramente en las posturas nacionales e internacionales de los dos candidatos, lo que se evidencia en la igualdad de votos entre Harris y Trump.
Durante los últimos 15 días de campaña, la vicepresidenta demócrata y el expresidente republicano visitaron siete estados clave en repetidas ocasiones, pues son conscientes de que la victoria en las elecciones dependerá de estos territorios.
Los estados clave para determinar al próximo presidente de Estados Unidos son Pensilvania, Georgia, Carolina del Norte, Michigan, Arizona, Wisconsin y Nevada. Son zonas que presentan una variedad de perfiles demográficos, culturales y religiosos, en las cuales los aspirantes buscaron ganar adeptos sin tener certeza del éxito.