Estuvo 26 años encerrado en un sótano, hasta que una pelea por una herencia hizo que se devalara el macabro secreto.
Argelia sigue en shock tras conocerse el caso de Omar Bin Omran, un hombre de 45 años secuestrado cuando aún era un adolescente y que fue liberado el fin de semana pasado del sótano de un vecino que residía a tan solo 200 metros de su hogar.
El operativo de rescate se llevó a cabo este domingo por miembros de la Gendarmería Nacional y la víctima dio a conocer algunos aspectos de su vida durante 26 años en absoluto encierro.
Cuando Omran fue sacado del sótano donde lo habían encerrado, expresó que a menudo observó a sus parientes cruzar por la vereda, pero que no podía comunicarse ni llamarlos debido a «una fuerza apremiante» que tenía dentro le impidió acercarse a ellos. De acuerdo con su narración, esto se originó por un «hechizo» o “brujería” que su captor le había hecho.
De qué manera ocurrió el rescate
En 1998, Omran fue secuestrado cuando salió de su casa con destino a la escuela de pie. Tras su desaparición, la familia presentó la denuncia y se realizó una amplia búsqueda e investigación en diversos estados del país.
Con el transcurso del tiempo, sus seres queridos asumieron que el joven había fallecido en algún conflicto en la Guerra Civil en la que Argelia estaba participando en ese periodo. No obstante, la única persona que todavía sostenía que su hijo aún estaba vivo era su madre, quien falleció en 2013, desconociendo el destino de su hijo.
Recientemente, el caso resurgió debido a una nueva evidencia: el hermano del secuestrador de Omran mantuvo una disputa con él por una herencia y divulgó en redes sociales que estaba implicado en un secuestro. No era la primera vez que sospechaban de él, dado que se le había imputado de envenenar al perro familiar. De acuerdo con los medios locales, una de las teorías es que el atacante intentó eliminar al animal para evitar que se descubra el destino del joven y así evitar sospechas.
Este suceso fue reportado a la Gendarmería Nacional y, debido a la insistencia de los parientes, se registró la vivienda del vecino situada a tan solo 200 metros. La víctima apareció en un sótano donde estuvo cautivo desde 1998 y rápidamente recibió asistencia de los médicos, quienes lo llevaron a un hospital para un análisis físico y psicológico.
El secuestrador de 61 años, cuya identidad no se reveló, intentó huir de la Policía cuando se descubrió el hecho, pero consiguieron frenarlo. La Fiscalía describió el suceso como un «delito atroz» y garantizó que condenarán al imputado “con severidad”.
