La desidia y el abandono son la cara del Estado provincial en Tekoa Yvy Porã, en Colonia Mado, Misiones; Emipa mostró la situación que viven esta aldea mbya.
Hace más de un mes que esta Comunidad está esperando una respuesta, mientras el frío, la lluvia y las necesidades básicas no se toman descanso. El 26 de junio, el mburuvicha, Rosalino Duarte, envió notas a la Dirección de Asuntos Guaraníes (DAG) y a la Dirección de Programas Comunitarios de APS de Salud Indígena, pero en ningún caso hubo contestación.
Concretamente, a Asuntos Guaraníes solicitó “provisión de chapas destinadas a mejorar las viviendas”, ya que las casas están en una situación muy precaria, dejando a las familias expuestas a todo tipo de riesgos, además de verse afectada la salud, sobre todo de niños y ancianos, los más vulnerables.
“Hubo varias tormentas, hace tiempo ya presentamos la nota. El otro día llamé al director (de Asuntos Guaraníes) y no me contesta. Necesitamos urgentemente las chapas y tablas. Somos 13 familias, 35 personas. El intendente tampoco responde”, aseveró el mburuvicha.
Mientras que en la nota dirigida a Salud, pidieron “visitas periódicas y continuas de los profesionales médicos que integran el Programa de Salud Indígena”, donde afirmaron que hasta el momento, la Comunidad no recibió su visita, “a pesar de la necesidad urgente de atención para la prevención de enfermedades y el control de embarazos, entre otras acciones fundamentales para el cuidado de la salud”.
Como si fuera poco, Yvy Porã carece además de agua potable, sumándose así a una larga lista de casi 30 Comunidades que no tiene acceso a este derecho humano, realidad que dista completamente de los datos presentados por la DAG poco tiempo atrás.
“Necesitamos urgentemente un pozo perforado para tener agua. Tenemos un pocito en el arroyo, pero cuando llueve mucho crece el agua y tapa todo, tenemos que esperar dos días para poder tomar”, lamentó.
Esta situación de vulnerabilidad sumada al abandono y al silencio, resulta inadmisible en una provincia que se embandera con la cultura Mbya y puso un monumento a Andrés Guacurarí en la Costanera posadeña, pero que es incapaz de responder a un grito de ayuda tan básico como éste. Lo cierto es que Yvy Porã necesita una respuesta urgente, y ante este infranqueable silencio, debe ser la sociedad quien oiga y se una.
