La Fiscalía denunció al ex presidente junto a otros siete acusados por “abolición violenta del Estado democrático de derecho, intento de golpe, implicación en organización criminal armada, daño calificado y deterioro de patrimonio”
El ex mandatario junto a otros siete imputados, incluyendo militares de alto rango y ex ministros de su Gobierno (2019-2022), fueron denunciados por la Fiscalía por “abolición violenta del Estado democrático de derecho, intento de golpe de Estado, implicación en organización criminal armada, daño calificado y deterioro de patrimonio”.
La Fiscalía argumenta que el ex mandatario, de 70 años, encabezó una organización criminal que intentó obstaculizar la asunción del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, después de su derrota en las elecciones del 2022.
Bolsonaro, quien puede ser sentenciado a hasta 40 años de cárcel, no se presentó este miércoles en el salón del Supremo Tribunal Federal (STF) en Brasilia, aunque sí estuvo presente en el primer día de deliberaciones.
El ex mandatario brasileño se declaró “nostálgico” de la última dictadura militar brasileña que fue desde 1964 a 1985, a la que denomina “periodo histórico”
Según la fiscalía, el supuesto plan incluía acciones como la creación de un decreto para legitimar un «estado de defensa» e incluso el asesinato de Lula y del juez Alexandre de Moraes.
El plan no se habría ejecutado debido a la falta de respaldo de algunos altos mandos del Ejército.
La investigación también relaciona directamente a Bolsonaro con las revueltas del 8 de enero de 2023, cuando sus partidarios tomaron las sedes de los tres poderes en Brasilia.
El dirigente de la oposición en Brasil y uno de los íconos de la actual ola global de extrema derecha proclama su inocencia y se autodenomina un «perseguido».
En el primer día de debate, Bolsonaro conservó un rostro serio, ubicado en la primera fila.
“Se trata de la mayor persecución político-judicial de la historia de Brasil, motivada por (…) claros intereses políticos de impedir que participe y gane las elecciones presidenciales de 2026”, expresó en una entrevista.
El ex mandatario, quien gobernó Brasil entre 2019 y 2022, tiene la intención de participar en los comicios venideros a pesar de su inhabilitación política hasta el 2030.
El fiscal general, Paulo Gonet, sintetizó el martes que el propósito de la conspiración era “generar acciones que garantizaran su continuidad en el poder, independientemente de los resultados de las elecciones”, donde sufrió una derrota frente a Lula.
“Contra el ex presidente no se halló absolutamente nada”, declaró Celso Sánchez Vilardi, el abogado de Bolsonaro.
La defensa del líder ultraderechista tuvo que tratar de desvincular a tres jueces del caso, entre ellos Moraes.
El influyente magistrado, objetivo del supuesto plan de homicidio y líder de múltiples causas contra el ex mandatario, fue objeto de críticas por tener un «interés personal» en el caso.

Con el objetivo de 2026
Hasta 2030, Bolsonaro está inhabilitado políticamente por cuestionar sin evidencia el sistema de votación electrónica, pero él confía en que su pena sea anulada o disminuida.
“Por el momento, soy candidato”, afirmó hace unos días, al oponerse a apoyar a otra personalidad de su ámbito político.
Jair Bolsonaro compara su situación con la de Donald Trump, que volvió a la Casa Blanca a pesar de sus dificultades legales, y confía en que el presidente de Estados Unidos ejerza «presión» a su favor.
La incertidumbre acerca de su porvenir en el ámbito judicial y político sucede mientras el izquierdista Lula, de 79 años, se presenta ambiguo respecto a sus planes de competir por la reelección, en medio de un descenso en su popularidad.