En poco tiempo, el líder de la renovación misionera, se deshizo de todos los que podrían llegar a ser una amenaza para el oficialismo en la provincia.
Vale la pena comenzar aclarando; que esto no es un análisis partidario, como el que acostumbran armar los medios “ensobrados”, algunos “muy ensobrados” de la provincia. Todo lo contrario, se trata de una visión, por lo menos objetiva de la política misionera.
Desde hace un tiempo, la renovación se olvidó rápidamente de su “amigo” Massa, que prometió y prometió cosas para Misiones, y no cumplió nada. Tratando de alejarse y despegarse definitivamente del Kirchnerismo, el FR comenzó un acercamiento lento y sigiloso hacia La Libertad Avanza.
Apenas asumió Javier Milei en la presidencia, fue Carlos Rovira, el conductor de la Renovación el primero que salió a apoyarlo y a comunicar que iban a acompañar todas las medidas que tomará el Presidente, tanto en senadores como en diputados, y así lo hicieron.
Solo hubo una duda, fue cuando en cuando cayó la Ley Ómnibus en diputados, y Milei acusó a los gobernadores de traicioneros. Pero después volvieron a la armonía y los diputados y senadores de la renovación apoyan cada iniciativa del Gobierno Nacional, votando a favor o absteniéndose, eso sí, sin poner un solo palo en la rueda de las ideas del líder libertario.
Oposición en Misiones, disuelta
Pero el problema no estaba en la nación. El problema “estaba en casa” en Misiones comenzó una agitación peligrosa que tuvo en vilo al gobierno. Incluso tuvieron que pedir ayuda a la Ministra de Seguridad, Patricia Bullrich para “calmar las aguas”.
La situación se volvió muy peligrosa para la institucionalidad de la provincia; con policías protestando en las calles, docentes en las rutas, personal de salud acampando frente al ministerio y varios sectores del estado armando un verdadero caos en distintos puntos, sobre todo en la capital de la provincia, reclamando por un salario justo.
La oposición enseguida comenzó a capitalizar todo este revuelo e incluso había dirigentes opositores en las tomas y protestas. Todo esto puso al “misionerismo” en una tempestad que por momentos parecía el “Titanic”. Los medios no alineados a la renovación, algunos muy allegados a la oposición, se ganaron un show impresionante, que ganaban audiencia y espacio en la opinión pública. Ya que los medios que sobreviven, gracias al gobierno, no podían contar mucho de lo que pasaba en las calles. Siempre tenía que mostrar las maravillas y ocultar todo lo malo.
Pero en un momento, la renovación recuperó el control y volvió a tomar el “toro por las astas”. Con el viento a favor se empezaron a deshacer de opositores que venían ganando lugares.
Con el caso Kiczka, que fue una investigación que vino desde los Estados Unidos, le cayó como anillo al dedo. Con este escándalo se deshicieron del líder de Activar, que pretendía ser el “ungido” de Milei en Misiones. Incluso días antes que saltara el caso de tenencia y distribución de materia de abuso sexual infantil (MASI) Pedro Puerta y sus diputados, incluso Germán Kiczka, había estado en la Casa Rosada tratando, de “hacer un caminito” a los lideres libertarios nacionales.
Por otro lado, el diputado renovador-peronista Alberto Arrúa, pretende encaminarse como el líder del peronismo misionero. A pesar de que Cristina Fernández lo fulminó por su abstención que favoreció claramente al veto de Milei contra la ley de Financiamiento Universitario. Arrúa quiere ir con Quintela y quedarse con el PJ, que volverá a ser un partido más del Frente Renovador.
Los líderes del levantamiento policial, quedaron muy comprometidos por una causa de sedición e intento de desestabilización. Ramón Amarilla, el más duro de los integrantes de la mesa de diálogo policial, que hoy está prácticamente disuelta, permanece detenido en la cárcel de Cerro Azul y al parecer será por bastante tiempo. Aunque ya fue expulsado de la policía, y de no podrá representar a sus ex camaradas.
Martín Arjol es otro de los líderes oposición que perdió fuerza en Misiones, sobre todo después del apoyo a los vetos; a la ley de movilidad jubilatoria y el financiamiento universitario. El estar del lado de “los 85 héroes del presidente” lo puso al borde de la expulsión de la UCR. Mientras tanto, tratan que Arjol sea expulsado de la UNAM, por apoyar el «supuesto» desfinanciamiento de las universidades.
Martín Goerling es el que se mantiene más cercano a Milei, pero Rovira sabe que Goerling no tiene el “carisma” de los misioneros. Es como los hermanos Schiavoni, que aparecen cada vez que hay elecciones y después se mueven en Buenos Aires, y aunque manejan un sector del PRO, no tienen un tanto acercamiento al electorado.
Ninfa Alvarenga, quien se auto nombraba como la “armadora” Milei en Misiones, terminó muy cuestionada. Se mantiene aún en el PAMI, pero ya totalmente debilitada políticamente, después que los gremios de CTA y SUTEPA, le sitiaran la sede del PAMI en Posadas, al grito de; “Andate Ninfa”. Ya no tiene el impulso ni el “poder” que le daban desde nación.
Por el momento el abogado posadeño, Carlos Adrián Núñez quedó al frente de la Junta Promotora del partido La Libertad Avanza en Misiones. Es el único que se interpone en el caminó entre la presidenta del partido libertario, Carina Milei y la renovación misionera. Pero Núñez es un renovador mas, por años cobro jugosos contratos de la Municipalidad de Posadas, hasta que un día se peleó con el ex intendente Losada y le terminaron los contratos.
Aún falta para el 2025, un año electoral en el que Rovira pretende acercarse más y más al gobierno nacional. Quizás el objetivo no es pasarse a LLA, pero sí tratar de que no se surjan amenazas en el horizonte misionerista.