Este martes se firmó en Moscú toda la documentación que permite transportar las Sputnik V hacia Buenos Aires en un vuelo especial de Aerolíneas Argentinas que partirá esta noche desde Ezeiza.
Hace instantes se aprobó en Moscú toda la documentación oficial que permitirá transportar las primeras 300.000 vacunas Sputnik V desde Rusia a Buenos Aires para enfrentar la pandemia del COVID-19. Cerca de las ocho de la noche, un airbus 330 de Aerolíneas Argentinas partirá hacia el aeropuerto de Moscú- Shemerétievo para cargar las vacunas y regresar el jueves a Ezeiza a la hora del te. La ANMAT, como autoridad de aplicación, calcula que el primer lote de las Sputnik V estará aprobado para su aplicación después de Navidad.
Alberto Fernández negoció con Vladimir Putin para lograr que la vacuna rusa llegue sin demoras a la Argentina. El Presidente asegura que entre enero y marzo se dispondrá de 15 millones de vacunas que se aplicarán de manera voluntaria en todo el país. El costo de la vacuna es de 20 dólares y consta de dos dosis que se proveen con un intervalo de cuatro semanas.
Hasta hora no hay precisiones oficiales que aseguren que este lote de 300.000 vacunas rusas se puedan utilizar para mayores de 60 años.
Y tampoco el Kremlin ha publicado los informes técnicos que avalan que la Sputnik V cumplió con los estándares científicos que avalen su eficacia. La Casa Rosada y la ANMAT aseguran que tienen toda esta información en su poder, y que antes de Navidad la vacuna será aprobada para su aplicación en la Argentina.
La viceministra de Salud, Carla Vizzoti, y la asesora presidencial Cecilia Nicolini negocian desde hace ocho días con las autoridades rusas para enviar a Buenos Aires las primeras vacunas Sputnik V. Fue tarea compleja y engorrosa: no estaban todas las vacunas en Rusia, y cuando llegaron, se tuvieron que trasladar desde San Petersburgo a Moscú.
En paralelo, las cinco expertas de la ANMAT que viajaron a la capital rusa debían controlar las distintas etapas de producción y analizar la información científica que aportaban las autoridades técnicas del Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya. Se trata de un instituto creado en 1891, que depende del Ministerio de Salud, y lleva su nombre en tributo a Nikolai Gamaleya, un pionero en la investigación de vacunas.
Fuente Infobae