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La Casa Rosada contrató una empresa llamada Jet Inc para una revisión íntegra del avión para poder volver a volar 

 

 

 

En sus últimos viajes internacionales, el presidente Javier Milei tuvo que usar aviones privados o aviones más pequeños de la flota presidencial porque la unidad más grande, el Boeing 757-256, conocido como ARG-01, está en los Estados Unidos para una revisión completa de todos sus componentes.

 

 

 

 

 

La Casa Militar, responsable de la flota presidencial, contrató un servicio en el extranjero para llevar a cabo la inspección “Check-C” del avión, que consiste básicamente en examinar cada parte de la aeronave y comprobar si está en buen estado. Por esta tarea, el Gobierno le pagó US$ 883.739 a la empresa Commercial Jet Inc, para que vuelva a poner en condiciones la unidad que no transporta al presidente desde el pasado 27 de junio.

 

 

 

 

 

 

 

 

En esa fecha se cumplió la revisión mayor ‘C-Check’ y desde entonces Boeing, fabricante del avión, no permite ningún vuelo del mismo, excepto el de traslado hasta el lugar donde se realicen las tareas de revisión y posibles reparaciones. Desde el 27 de junio la unidad está en estado “no aerotransportable”.

 

 

 

 

 

A mediados de 2024, se había cancelado una licitación para hacer esta inspección aunque se habían recibido varias ofertas de las empresas “Alpha Aviation Group LLC”; “Xtreme Aviation LLC”; “Servicios Aeronáuticos Quintana” y “Commercial Jet INC”. Las primeras tres fueron rechazadas por problemas técnicos y la última, por no cumplir con el plazo establecido para mantener la oferta.

 

 

 

 

 

 

Alberto Fernández compró el Boeing 757-256 en diciembre de 2022, después de un largo proceso administrativo, pero el avión solo llegó al país en mayo del año pasado. Durante 2023, fue usado varias veces por el expresidente y por el exministro de Economía Sergio Massa. Para adquirir el ARG 01, el Gobierno tuvo que gastar USD 21.730.000 y entregar el viejo Tango 01, que salió del país en dirección a Estados Unidos.

 

 

 

 

 

 

Tras varios meses sin volar, las tareas para poner a punto este avión comenzaron en noviembre y se espera que para finales de diciembre o principios de enero esté otra vez en Argentina. La decisión del Gobierno de Milei es usar el avión para mover al mandatario y justifican esta elección por razones de “seguridad” del jefe de Estado.

 

 

 

 

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