Dado el impacto de la creciente inflación en los ingresos, ya no hay espacio para que el gobierno aumente el gasto público antes de las elecciones.
La merma en la recaudaciones inducidas por la sequía, la falta de crédito y el punto final o límite para la emisión monetaria, pone al gobierno en una difícil situación a solo tres semanas para saber quiénes serán los candidatos para las próximas elecciones.
Mientras tanto, el Ministerio de Economía negocia con el FMI la posibilidad de crear un fondo dedicado a mantener el consumo, y evalúa cualquier refuerzo de ingresos en el sector formal que tendrán que afrontar las empresas privadas.
En ese sentido, el titular de Eco Go, Sebastián Menescaldi, advirtió que en este punto el “Plan Platita” puede salir mal.
Menescardi advirtió: «Estos planes electorales antes alcanzaban para dos semanas de vacaciones, pero ahora alcanzan para un fin de semana»
“Teniendo en cuenta que el déficit fiscal ya llegó a $1 billón hay menor espacio para financiar ese agujero. Pueden usar la emisión del BCRA, pero eso también le pondrá combustible a los aumentos de precios. Por otro lado, hay un problema de oferta de bienes, por lo que un plan platita puede aumentar el consumo y además hacer saltar más la inflación”, explicó el economista.
El gobierno se está quedando sin margen para aumentar el gasto y busca formas de limitar los efectos de la inflación.
Desde Ecolatina advierten que cerrar el año con un déficit primario de 1,9% del PBI, como está previsto en el presupuesto, es muy difícil, pero más difícil será conseguir los recursos para llenar el vacío.
“En un caso extremo, sin financiamiento no hay déficit”, señalaron. Esta es una de las razones por las que el BCRA se vio obligado a intervenir en el mercado secundario para promover la emisión de bonos gubernamentales.
“La fragilidad que expone el actual esquema de política económica y la incertidumbre típica de los procesos electorales limitan los posibles desvíos expansivos en materia fiscal, al margen del acuerdo con el FMI: la elevada dependencia del Tesoro del mercado de deuda en pesos obligará al Gobierno a reencauzar el sendero hacia la consolidación fiscal para mantener acotadas las necesidades de financiamiento”, dijo el economista.
En definitiva, la situación fiscal exigirá un ajuste acelerado del gasto público. Las partidas más afectadas serán: los subsidios a las tarifas y el gasto social.
Se espera que el ministro de Economía, Sergio Massa, acuerde una nueva hoja de ruta con el FMI la próxima semana que le permitirá contar con $ 10.6 mil millones de desembolso para el segundo semestre.
El titular del Palacio de Hacienda pretende utilizar parte de los fondos para intervenir en el mercado de divisas, pues cree que la nueva fase podría llevar a una inflación de hasta 9% según la previsión del IPC de mayo.