La brecha cambiaria entre el dólar soja (el oficial menos las retenciones) y el blue originaron en esta provincia la explosión de una actividad ilegal que se expandió en varios pueblos de la costa del río Uruguay: el contrabando de soja a Brasil.

 

Del otro lado del angosto río, los brasileños pagan la soja en dólares o reales y sin retenciones. Hace unos días, el pago para el equivalente en dólares llegó a tocar los $200, contra los $55 que aquí representan considerando el dólar oficial menos las retenciones.

 

 

A caballo de esa brecha se armó un negocio que ya muchos consideran que mueve millones.

 

 

Cada camión carga unas 30 toneladas y hace unos días representaba unos $1.800.000, más del doble que el valor de la carga en la Argentina (a dólar oficial, menos retenciones).

 

 

 

Si bien no existen cifras oficiales, algunos estiman que hasta hace 15 días entraban a la provincia 200 camiones por semana con destino a Brasil.

 

 

El 21 de octubre pasado, el gobernador Oscar Herrera Ahuad encabezó un mega operativo donde se incautaron más de 200 toneladas distribuidas en ocho camiones.

 

 

Fue el puntapié inicial de un operativo con controles muy exigentes y, desde entonces, dicen que la actividad se frenó ostensiblemente.

 

 

La región brasileña que limita con Misiones -que incluye a parte de los estados de Santa Catarina, Paraná y Rio Grande do Sul-, es una de las más prósperas del socio mayor del Mercosur, con la mayor actividad agrícola ganadera, pero también una gran cantidad de industrias metalúrgicas y textiles.

 

 

Los brasileños compran la soja para procesarla y hacer harina, aceita, pellets e incluso para reexportarla.

 

 

Según distintos testimonios de lugareños de la zona, El Soberbio es el epicentro de esa actividad, donde funcionan más de una docena de galpones donde se reciben los camiones, se descarga la soja y se embolsa en sacos de arpillera que luego se cruzan a la otra orilla en botes o canoas.

 

 

«Muchos hombres y mujeres empezaron a trabajar y ganar entre $2000 y $2500 por día, acá no se lo ve como un delito.

 

 

Embolsan, transportan, cruzan en canoa, antes no tenían una alternativa de trabajo», explicó a este diario un vecino de ese pueblo rodeado de pequeñas chacras de 20 hectáreas que cultivan tabaco y yerba mate.

 

 

Otras de los «trabajos» en la zona es hacer de campana para los camiones que traen la soja. Se paga hasta $10.000 para hacer el mismo recorrido del camión con un vehículo particular y avisar si hay controles en la zona o no.

 

 

 

Según explicaron, la soja se compra a productores de Entre Ríos, Buenos Aires, Chaco o Santa Fe desde Misiones, en muchos casos, como alimento para cerdos.

 

 

Desde hace más de seis meses, distintos operativos de Prefectura y la Policía de Misiones, empezaron a incautar cargamentos que tenían irregularidad en los papeles de porte.

 

Con el incremento de la brecha cambiaria, la actividad empezó a multiplicarse y se dice que empezaron a entrar «novatos» en el negocio, atraídos por las ganancias fáciles.

 

 

También generó algunas dudas el hecho de que la Dirección General de Rentas de Misiones tiene muy controlados los accesos de cualquier camión que ingresa con mercadería a la provincia desde Corrientes, a través de los cuatro accesos habilitados por Ruta Nacional 12 (Arco), Ruta Nacional 14 (Centinela), ruta provincial 71 (Liebig-Apóstoles) y ruta provincial 94 (Garruchos-Félix de Azara).

 

 

 

«Misiones no tiene plantas para extrusado, ni molinos, ni puertos, con lo cual jamás un camión de soja debería transitar en sentido sur-norte», señaló el economista José Piñeiro Iñiguez, un exCitibank, en declaraciones a FM Santa María de las Misiones.

 

 

El economista también es productor agropecuario y suele visitar Misiones por motivos familiares.

 

 

El miércoles 21 de octubre, las máximas autoridades de la provincia tomaron cartas en el asunto y dieron una señal de que la provincia combatirá el contrabando de soja.

 

 

El gobernador Ahuad; el ministro de Gobierno, Marcelo Pérez y el jefe de la Dirección General de Rentas (DGR), Rodrigo Vivar, encabezaron un operativo en el que se decomisaron ocho camiones con más de 200 toneladas de soja.

 

Dicen que nunca antes se decomisó un volumen tan grande de mercadería que «presuntamente» iba a ser contrabandeada.

 

Fueron hasta la localidad de San Vicente, la ciudad que «alimenta» a varios pueblos de la costa del río Uruguay y encabezaron el operativo en una conocida estación de servicio en el acceso a esa localidad, sobre la ruta nacional 14.

 

 

En los días siguientes, se incautaron en los accesos a la provincia más de 26 camiones cargados con soja en el control de la Dirección General de Rentas de Misiones conocido como «El Arco».

 

 

Hasta el momento son alrededor de 70 camiones que retuvo solo la Policía de Misiones, pero el negocio sigue adelante y cada vez son mas los camioneros que se arriesgan a hacer entrar soja sin papeles a Misiones

 

 

Pérez explicó que los motivos para demorar los camiones y poner el grano bajo custodia son las inconsistencias en la documentación que acompaña a las cargas. Los que figuran como compradores de soja son jubilados o monotributistas sin capacidad económica acorde a la magnitud de la operación.

 

 

 

Otra irregularidad es que algunos cargamentos supuestamente van a cooperativas, pero no cuentan con la documentación respaldatoria que expide el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES).

 

Incluso, se originó una protesta de camioneros en «El Arco», porque les incautaron esos camiones o les demoraron el acceso a otros.

 

 

Ahora, fuentes de la zona del Alto Uruguay dan cuenta de que la actividad se redujo, algo a lo que contribuyó también el achicamiento de la brecha cambiaria que se dio con la caída del dólar blue en los últimos.

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