regalo de cristina a alberto

 

La Vicepresidenta le regaló un libro extraordinario al Presidente. Excepto por un detalle: el tema del libro y la historia que cuenta, especialmente sus resultados

 

 

 

Con motivo del 40 aniversario de la Guerra de las Malvinas, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner dijo que envió un regalo de cumpleaños al presidente Alberto Fernández. “Para que la vocera no diga después que soy mala”bromeó.

 

 

 

Dado que los dos no han hablado desde que el presidente propuso públicamente el acuerdo al FMI, y ni siquiera pudieron realizar un evento conjunto en un día doloroso como el 2 de abril. Pareciera común regalar un libro, pero suena muy irónico y tal vez no muy agradable en estos tiempo. Si consideramos El libro “Diario de una temporada en el quinto piso” de Juan Carlos Torre, un libro que trata sobre un acuerdo con el FMI que terminó mal.

 

 

 

El libro cuenta la historia de un gobierno, el de Raúl Alfonsín, que accedió al FMI, y luego voló por los aires, al punto que tuvo que entregar el poder antes de tiempo, sumándose los saqueos y la hiperinflación

 

 

 

Diario de Temporada, un libro verdaderamente insólito en la historia de la literatura política argentina. Su autor es un destacado sociólogo, que regresó del exilio en 1983 para integrar el equipo que reunió Juan Surouye en la Secretaría de Planificación Económica. Sourrouille sería el ministro económico más importante de Alfoncina. Pero a la hora de convocarlo a Torre, su puesto es el de asesor estrella del presidente.

 

 

 

El ministro de Economía, Bernardo Greenspan, pertenece a la vieja escuela radical. En este punto, Torre decidió registrar lo que presenció en tiempo real. Guardó estas grabaciones durante muchos años. También archiva cartas que ha escrito a amigos y familiares sobre sus experiencias. Esta práctica es común en países como Estados Unidos y Reino Unido, donde muchos líderes de primera línea documentan sus experiencias y luego las difunden en textos ampliamente citados.

 

 

 

Torre archivó documentos durante décadas hasta el estallido de la pandemia, lo que le dio tiempo para organizar y publicar su libro. Había otra razón para la demora: el propio Sourrouille le pidió que no lo escribiera. Torre decidió hacerlo después de la muerte del anterior ministro. En Argentina no existe la tradición de publicar diarios de manera tan original y honesta.

 

 

En ese sentido, el libro que Cristina le envió a Alberto fue verdaderamente único. Le permite observar un período de la historia en el que se conocen pocos otros desde la perspectiva de testigos oculares bien documentados, intrusivos y fascinantes.

 

 

 

Diario de una temporada, narra y retrata un pasaje: los severos problemas económicos que enfrentaba la transición democrática finalmente acaban con Raúl Alfonsín. Entre los muchos problemas que enfrenta el gobierno civil, se destacan dos: las deudas heredadas, masivas, legales impagas de legalidad altamente dudosa que el país debe renegociar con el FMI, y la inflación imparable era aún más grave de lo que es ahora.

 

 

 

En esta situación, hay dos posiciones opuestas dentro del gobierno. Uno de ellos es el ministro Bernardo Greenspan, quien intenta combatir al FMI coexistiendo con una inflación inusualmente alta. Sourrouille defendió un punto de vista diferente, al igual que su compañero Torre. Sourrouille planteó la necesidad de un programa de estabilización, que aparentemente incluía un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.

 

 

 

El dilema parece similar al de la actual administración

 

 

 

La oportunidad del libro de Cristina para Alberto no conduce a la repetición del mismo dilema. En la portada del Diario de una Temporada, Torre reprodujo un documento que había escrito sobre la delicada situación que atravesaba el país en ese momento. No es de extrañar que todos los que lo leen tengan el mismo problema y la misma ansiedad. La documentación dice, por ejemplo:

 

 

 

«La continuidad de la tendencia actual en el tiempo permite pronosticar un escenario hiperinflacionario, con una pérdida irreversible de control sobre las variables económicas y una caída en una recesión forzada».

 

 

 

“En todas las áreas de la gobernanza económica, parece haber una falta de conciencia sobre las sombrías perspectivas para el futuro, lo que se refleja en la falta de atención a los problemas globales. A menudo, es fácil darse cuenta de la urgencia del momento. «

 

 

 

 

– “La inevitable presión del progreso económico nos obliga a pensar en las dificultades. Sin embargo, esta reflexión es unilateral y precipitada. Esto significa que las decisiones se toman sin un juicio adecuado, es decir, en la oscuridad.

 

 

 

– “La sombra de la gobernabilidad proviene de la falta de un plan económico global. En ausencia de tal plan económico, la propia realidad económica impone su rigor y obliga a las personas a actuar, moverse a la defensiva”.

 

 

 

 

– “La situación económica del país exige una importante reducción de la inflación en el corto plazo. Así, hoy la política progresista ha pasado por el lanzamiento de un programa antiinflacionario. Las elecciones que aún podemos hacer vienen con la cantidad de tiempo y sacrificios que deben hacerse. «

 

 

 

“En el mediano plazo, la situación económica requiere esfuerzos de inversión. El país se ha empobrecido en la última década y tiene que empezar de nuevo. El gobierno también necesita construir un puente hacia el mundo manufacturero. Por ahora, las relaciones con los compradores son principalmente maneja a través del Departamento de Comercio, es decir, ante el gobierno. El empresario es ante todo el acumulador de beneficios, no el productor de riqueza y el creador de fuerza manufacturera”.

 

 

 

– “El progresismo político en Argentina se ha inclinado tradicionalmente por temas de distribución de la riqueza y protección de los recursos del país. El tema de cómo desarrollar y cómo hacer racionalidad económica no ocupa un lugar destacado en la agenda. Bueno, tenemos que cambiar esta antigua cultura.

 

 

 

Los eventos posteriores en el libro incluyen una descripción detallada de los primeros éxitos, las tensiones en curso y los posibles fracasos en el plan de estabilización para el que finalmente se nombró a Suluyer.Secretario del Tesoro Greenspan. El FMI desempeñó un papel clave en el trágico resultado cuando suspendió gastos clave para un gobierno que ya estaba acosado por problemas internos. Este momento del libro sugiere que lo mismo podría pasarle a Alberto Fernández cuando la Fundación lo deje ir en un próximo comentario.

 

 

 

 

 

El punto de vista del autor parece claro. Si aquella experiencia fracasó fue porque los distintos intereses en pugna sindicales, empresariales, políticos, y también los que defendía el Fondo Monetariolo hicieron saltar por el aire. A lo largo del texto, la responsabilidad del FMI en aquel fracaso es bien clara, pero ocupa un lugar subordinado frente al boycott permanente que sufrió el plan Sourrouille casi desde el primer momento. Torre aparece desgarrado ante la falta de comprensión, inteligencia y generosidad de empresarios, políticos y sindicalistas.

 

 

 

Pero, en cualquier caso, ese puede ser su punto de vista.

 

 

 

¿Cuál habrá sido el de Cristina, cuando leyó el libro que le envió al Presidente? ¿De qué manera trasladará a la actualidad el mensaje implícito de ese texto?

 

 

Hay dos indicios bastante precisos de lo que ella piensa. A fines de enero, cuando era evidente que el Gobierno estaba por anunciar el acuerdo, Leopoldo Moreau hizo una referencia al libro de Torre en un reportaje radial. Durante el gobierno de Alfonsín, Moreau era uno de los jóvenes dirigentes que defendían las políticas del Gobierno frente a quienes le reclamaban una posición más confrontativa con el FMI. En esa nota, deslizó una opinión muy crítica hacia aquel gobierno de Alfonsín. “Lean el libro de Juan Carlos Torre, dijo Moreau Esa experiencia terminó muy mal. Tenía razón Grinspun”.

 

 

 

La segunda evidencia de lo que piensa Cristina, o su entorno, la ofreció Horacio Verbitsky, en medio de la pelea que giraba alrededor del acuerdo con el Fondo Monetario. El 20 de marzo, Verbitsky contó el siguiente diálogo:

 

 

 

“Durante la discusión de la semana anterior en la Cámara de Diputados, un colaborador de Cristina dialogó con un legislador que había anticipado su voto positivo.

 

 

 

-No quiero ser responsable de que todo salte por los aires dentro de cinco meses, argumentó el diputado.

 

 

 

-Con el Fondo o sin el Fondo, todo va a saltar por el aire en un mes, fue la respuesta que lo enmudeció”.

 

 

 

Es difícil decir si estas predicciones son ilusiones, profecías autocumplidas o advertencias sinceras. Pero ciertamente reflejan la idea que circulaba en el entorno de Cristina de que el gobierno de Alberto Fernández eventualmente terminaría como Raúl Alfoncin: ante una Brecha de lo Imposible, la fundación decidió cancelar.

 

 

 

Además, un diario de experiencias, un gran regalo de cumpleaños para cualquier persona interesada en la política. Quiero que lo lean presidentes, vicepresidentes, ejecutivos de empresas y sindicatos, y cualquiera que aspire a gobernar este malvado país.

 

 

 

Por Priscilia H

Periodista y productora de Revista Enterate MisionesLicenciada en Periodismo, Lic. en Medios AudiovisualesEs editora y productora de Revista Enterate, productora periodistica de "El Resumen de Noticias" de Revista Enterate

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