Será recibido por Alberto Fernández el lunes en Casa Rosada. La atención se centrará en el comercio, los derechos humanos, la igualdad de género y las políticas energéticas.
A menos de un mes de su juramentación, el nuevo presidente de Chile, Gabriel Borric, ha viajado a Argentina para reunirse con Alberto Fernández, y el programa se centrará en comercio, derechos humanos, energía y género. Sin embargo, intentará evitar los temas más candentes en las relaciones bilaterales.
Fue la primera visita internacional de un presidente chileno, una señal del interés trasandino en revertir los lazos de Argentina bajo Sebastián Piñera. Lo mismo sucedió en Casa Rosada, quienes esperaban que la buena sintonía política entre Boric y Fernández les permitiera retomar las relaciones bilaterales.
Así, en las conversaciones de las últimas semanas y con la llegada de una delegación de alto nivel a Buenos Aires, ambas partes acordaron centrarse en una agenda positiva y evitar los temas más apremiantes. Fue principalmente un choque por las fronteras marítimas y una disculpa del Ministro del Interior de Chile por usar el término para referirse a partes de Argentina como «territorio mapuche» (Wallmapu).
Estoy cargando agendas y delegaciones importantes
Se estima que el presidente Borrick llegue a Buenos Aires alrededor de las 15:30 horas. Lo acompañará un gran séquito que incluye miembros de su gabinete (en su mayoría mujeres), diputados, el presidente de la Corte Suprema, empresarios y empresarios de una variedad de industrias. La visita oficial de Estado comenzará el lunes por la mañana, como es costumbre del presidente chileno recibiendo flores en la estatua de José de San Martín en la plaza que lleva su nombre en Retiro.
Luego, alrededor del mediodía, Alberto Fernández lo recibirá en la Casa Rosada, lugar del encuentro más importante de la visita. Esta será una reunión privada entre ambos, y además de un acuerdo comercial, el presidente argentino buscará estrechar lazos en el ámbito de la integración latinoamericana.
No hay fecha prevista para la reunión en la agenda. Una vez finalizado, los dos mandatarios realizarán una rueda de prensa conjunta frente a los medios de comunicación reconocidos en el edificio de gobierno. A ellos asistirán los ministros de ambos países participantes en la sesión de trabajo, que se desarrollará en forma paralela.
Evitar motivos ofensivos comunes
Alberto Fernández y Gabriel Boric firmarán múltiples Memorándum de Entendimiento en Materia de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional, Cooperación en Derechos Humanos e Inmigración. También se alcanzarán acuerdos entre los ministerios de la mujer de ambos países. Borrick ha hecho de la igualdad de género un sello distintivo de su gobierno. Además, buscarán agilizar el suministro de gas a Argentina. Tanto el Palacio Moneda como la Cancillería argentina confirmaron que entre estos temas no primaría la mayor disputa reciente entre ambos países.
Primero, Argentina está esperando el decreto de Chile en agosto pasado para actualizar sus fronteras marítimas, donde agrega 200 millas a aguas que Argentina considera de soberanía local. De todas formas, tras conocerse la victoria presidencial de Boric, el propio Cafiero negó haber llevado el caso a la corte internacional.
Por otro lado, intentan desestimar las palabras del ministro del Interior de Chile, Izkii Siches, a ambos lados de la montaña, quien hace unas semanas advertía: “Cuando hablas de Walmapa, no puedes estar en el cielo. Estás gritando. Este hombre luego se disculpó después de haber sido criticado y le pidió que corrigiera el error. Da la casualidad de que «Wallmapu» es un término utilizado por la comunidad mapuche para referirse al territorio entre Argentina y Chile que consideran la tierra de sus antepasados. Es un término con un significado autónomo. Intentarán evitar discusiones durante la visita oficial de Porick.
Los detalles finales de la agenda se concretaron el jueves, cuando Santiago Cafiero recibió las cartas credenciales de la nueva embajadora de Chile en Chile, Bárbara Figueroa. Boric la nombró apresuradamente en su lugar para evitar tener que ir a Argentina, donde quedó vacante el puesto. Figueroa, líder del Partido Comunista y dirigente sindical, fue la primera mujer en presidir el sindicato Solidaridad de Chile Central (CUT). Su nombramiento provocó la oposición de la oposición chilena, que creía que no tenía suficientes antecedentes para el cargo. Formaba parte de la coalición de izquierda que había formado Boric, aunque la eligió el presidente chileno.