A pocos días de ser elegido, el papa León XIV comenzó a mostrar los primeros lineamientos de su papado, el cual se diferencia bastante a su antecesor, Francisco, especialmente en temas relacionados con la diversidad sexual.
En uno de sus primeros pronunciamientos públicos, dirigidos al cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, integrado por representantes de 180 naciones, sostuvo que los gobiernos deben esforzarse por consolidar la familia, a la que describió de manera explícita como “la unión estable entre un hombre y una mujer”.
Aunque mantenía la misma postura respecto al matrimonio en la Iglesia, Francisco había demostrado una postura más receptiva, respaldando a individuos de la comunidad LGBTIQ+ y respaldando el reconocimiento civil de las uniones entre personas del mismo sexo, sosteniendo que la Iglesia no gobierna la sociedad civil.
Igualmente, uno de los hermanos del papa recientemente expresó a los medios que considera que León XIV se alineará con la postura tradicional de la Iglesia en relación al matrimonio igualitario. “No creo que deje lugar a especulaciones”, indicó.
Por su parte, opinó que Estados Unidos está “en la dirección equivocada” en lo que respecta a la migración, en concordancia con la crítica previamente realizada por el Vaticano a las políticas de Donald Trump.
Aparte de este enfoque doctrinal, el papa León XIV también está evidenciando una intensa aspiración a intervenir en los escenarios de conflicto mundial más relevantes.
Desde el mismo día en que se dirigió al balcón de San Pedro, el papa hizo un llamado a la paz y propuso al Vaticano como lugar para posibles conversaciones, especialmente en el contexto del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.
Durante su periodo como cardenal, expresó su condena contundente a la invasión rusa, y ahora, en su papel de máximo pontífice de la Iglesia Católica, se mostró dispuesto a promover cualquier proceso de diálogo que ayude a resolver el conflicto.
De esta manera, el pontificado de León XIV se inicia con un perfil preciso. Por una parte, con una doctrina sólida en asuntos como la familia y la migración. Por otro lado, con una vocación diplomática comprometida, siguiendo la trayectoria de Francisco pero con una actitud más prudente.
