Su sobrino fue víctima de un caso de violencia institucional emblemático en ese país. Según su hermana, la víctima padecía esquizofrenia pero “eso nunca le había traído problemas”
Francisco Andrés Martínez, “Pancho” como era conocido entre sus allegados, llevaba al menos tres años haciendo malabares en Panguipulli. Fue asesinado el viernes pasado tras recibir disparos de un Carabinero durante un control de identidad en el sur de Chile. El caso volvió a poner el foco sobre la violencia institucional y dio lugar a manifestaciones con graves incidentes.
La víctima de 27 años tenía nacionalidad argentina y chilena. Su hermana Rocío Caviedes reveló a CHV Noticias un dato estremecedor: era el tío de Anthony, un chico de 16 años que casi muere en manos de los Carabineros en el emblemático caso “Pío Nono”, ocurrido durante las protestas del 2 de octubre de 2020.
Por este hecho, el exintegrante de la fuerza policial Sebastián Zamora fue imputado por el delito de “homicidio frustrado”, por haber empujado al adolescente por el puente Pío Nono que tiene una altura de más de seis metros y tirarlo al río Mapocho. Afortunadamente, la víctima sobrevivió.
“Pasar por lo mismo dos veces es superfuerte”, sostuvo Caviedes en diálogo con el medio local. Y señaló: “Gracias a Dios Anthony ya está mejor, pero nadie se podía imaginar que iba a pasar dos veces lo mismo”.
Caviedes también contó que su hermano era artesano, que le gustaba conocer lugares nuevos, caminar y que “no molestaba a nadie”. Asimismo, reconoció que no tenía el carnet de identidad porque lo había perdido hacía un tiempo y nunca lo renovó. “No es que se lo estuviera negando, no lo tenía”, resaltó.
Según la declaración de los policías, el artista callejero se habría resistido a un control de identidad por parte de dos efectivos. Uno de ellos, “se vio obligado a disparar en legítima defensa”, ya que alegó que Martínez Romero intentó atacarlo con “armas blancas”, en referencia los machetes que usaba en su espectáculo. Sin embargo, algunas versiones aseguran que eran de juguete. El joven recibió disparos en las piernas y en el pecho.
La mujer reveló un dato que, de comprobarse, podría agravar aún más la situación penal del Carabinero que lo mató: “padecía esquizofrenia”, pero aclaró que “eso nunca le había traído problemas”. El policía implicado, cuya identidad se mantiene en reserva, fue llevado este sábado ante un tribunal de justicia que determinó que “quedará detenido” hasta el lunes cuando la Fiscalía presente las acusaciones en su contra y se inicie la investigación del caso.
La hermana de Martínez Romero apuntó fuertemente contra la fuerza policial y aseguró que siente que se manejaron mal. A su vez, cuestionó los protocolos implementados y alegó un problema de “educación”.
A través de WhatsApp comenzó a circular un audio de Natalia Peralta, la técnica en enfermería que presenció la discusión entre el policía y el artista y le realizó RCP a la víctima. “Él dijo que se llamaba Franco, que hace tres años trabajaba aquí en Panguipulli, y que no tenía carnet, que tenía doble nacionalidad (aparentemente chileno y argentino)”, relató la mujer.
La enfermera denunció también que los oficiales no la ayudaron ni cortaron el tránsito para que una ambulancia pudiera acercarse. Los vecinos repudiaron el accionar policial y les gritaron “asesinos” a los efectivos.
En tanto, desde la Asamblea de Artistas autoconvocadxs de Concepción contaron en las redes sociales: “Era artista callejero circense, malabarista. Trabajaba hace cinco años en el semáforo en Panguipulli. Sabía que no había permiso pero necesitaba trabajar para llevarse algo a la boca, lo hizo a conciencia, reivindicando sus derechos”.
El alcalde de Panguipulli Rodrgo Valdivia, contó a radio Cooperativa que Francisco formaba parte de un grupo de mochileros que trataban de ganarse la vida en las calles de la localidad. “Era una persona que vivía en la calle. No es (era) de Panguipulli. Nosotros lo tuvimos en un programa de acogida y de comedores solidarios, también le dimos alojamiento solidario durante un par de meses”, explicó el jefe comunal.
Según Valdivia, el joven era “bastante respetuoso, una persona pacífica”. Y contó también otro dato que lo describía: “siempre andaba con un par de perros”.
Protestas, homenajes y el funeral
La muerte de Francisco Martínez Romero generó repudio en Chile, donde grupos de manifestantes levantaron barricadas en distintos puntos de Panguipulli e incendiaron la municipalidad. El fuego también afectó las dependencias de la oficina municipal de Correos y del Registro Civil, según medios locales.
Las protestas fueron reprimidas por agentes antidisturbios con gases lacrimógenos y camiones hidrantes.
La situación generó duros cuestionamientos contra el Gobierno. “A más de un año del estallido, ¿qué pasó con la “reforma” anunciada a Carabineros? ¿Lo mismo que pasó con la agenda antiabusos? Siguen estirando la cuerda como si de eso se tratara todo”, reclamó un usuario en las redes sociales.
El sábado continuaron los disturbios. En la capital, Santiago de Chile, se convocaron varias protestas en redes sociales en puntos como Plaza Ñuñoa, donde los Carabineros dispersaron con chorros de agua a los manifestantes, que superaban el aforo permitido por las restricciones del coronavirus, según informó el medio La Tercera.
También hubo convocatorias en los distritos de Concepción, Puente Alto y Maipú y, hasta el último parte, Carabineros había confirmado nueve detenciones, según publicó el diario El Mercurio.
En Maipú, donde se congregaron aproximadamente 100 personas, una casilla de la fuerza policial fue atacada con “elementos contundentes y artefactos incendiarios”, informaron las autoridades. También, quemaron un colectivo.
Martínez Romero fue despedido por artistas callejeros y vecinos. La esquina donde fue asesinado se convirtió en un altar, lleno de flores y velas que los vecinos colocaron para pedir justicia por él.
Del velatorio de “Pancho” participaron sus familiares, vecinos y también otros artistas callejeros. Roberto Márquez, voz icónica del grupo Illapu se acercó al lugar y tocó algunos temas para homenajearlo.
Esta semana, la Justicia chilena deberá recabar pruebas y testimonios para esclarecer la muerte de este joven, que se convirtió en un símbolo de la lucha contra la violencia institucional que -ya desde antes del estallido- es constantemente denunciada en las redes sociales por diversas agrupaciones chilenas.