Según el último comunicado de EMiPA, continúan persiguiendo a los miembros de la comunidad Tataendy y las autoridades se burlan porque son guaraníes
Con el correr de los días, el hostigamiento sistemático que vive la Comunidad Tataendy se vuelve más cruel y mientras tanto, la respuesta del Gobierno de Misiones es el silencio. No solamente están siendo víctimas de un plan de asedio que tiene por objetivo desalojarlos ilegítimamente, sino que además la Policía de Misiones mira para un costado entre risas burlonas.
Ayer, otra vez, sufrieron ataques inhumanos: les cortaron el árbol al que habían atado un alambre para colgar su ropa, y la dejaron caer al agua.
Y, como si fuera poco, taparon con tierra y piedras la vertiente de donde se proveían. “Ya no sabemos de dónde sacar agua”, lamentó el mburuvicha, Néstor Benítez. Ya no tienen casa, ni ropa seca para ponerse, ni de dónde tomar agua.
Además, comenzaron a juntar lo quedó de aquella vivienda quemada, con la intención de volver a prender fuego y así ver arder con él, el espíritu de la Comunidad. Son actos que, pareciera, ya sólo tienen la intención de herirlos, de quebrantar su fortaleza y hacerlos renunciar a su derecho más importante: la soberanía sobre su territorio ancestral.
Tataendy está dentro del territorio relevado de Tekoa Ychyry, la cual tiene una sentencia a su favor por la recuperación de la posesión del lote en cuestión, al haber acreditado debidamente la ocupación ancestral del mismo.
Por otra parte, ayer encontraron un machete en la zona donde estuvieron trabajando dos hombres, el cual fue presentado en la Comisaría de Mado junto con acta. Se trata de la cuarta denuncia que realizan, y nunca se les entregan las constancias; las excusas son “que tienen otras urgencias, que el jefe no está, que llega más tarde”… pero está claro que es una decisión política, discriminatoria y burlona, sobre todo teniendo en cuenta los actos anteriores de violencia institucional y complicidad con los violentos.