La falta de acceso al agua potable en las Comunidades Mbya que habitan en Misiones no son casos aislados, sino que es un derecho humano que el Gobierno de Misiones y sus organismos no están garantizando en varios puntos de la provincia.
Tekoa Mirī, ubicada en el municipio de Capioví, Colonia Oro Verde, carece de este recurso vital desde hace un mes y la preocupación va en aumento. Allí viven 29 familias, con un total de 148 personas, la mayoría de ellos niños.
El mburuvicha, Timoteo Méndez, presentó ayer una nota al intendente de la localidad, Alejandro Arnhold, en la que aseguró que “el territorio que habitamos y que usted conoce, no cuenta con agua para los servicios básicos suficientes que permitan el desarrollo de la Comunidad y una vida digna”.
“Siendo un derecho humano fundamental y una obligación del Estado, en este caso identificado con este municipio, es que solicitamos se nos provea con urgencia el servicio de agua, un tanque para agua con un mínimo de 5000 litros y las perforaciones necesarias”, solicitó.
Según relató el mburuvicha, cada día deben caminar hasta tres kilómetros para conseguir agua limpia, incluso son los mismos niños quienes deben hacerlo. “Esto me duele, ver así a los chicos, que van a buscar agua lejos, con bidones, bajo el sol y con calor, es muy fuerte para mí, muy triste”, lamentó.
Pese a los esfuerzos diarios, lo que consiguen nunca es suficiente, ya que son muchos y ante las altas temperaturas, priorizan la hidratación de los niños para resguardar su salud. “Los chicos sí o sí necesitan tomar agua, los grandes podemos aguantar un poco más. Del río no podemos traer porque está contaminado y eso nos perjudica la salud, algunos ya se enfermaron”, dijo.
Por otro lado, comentó que esta situación perjudica también al Centro de Atención Primaria de la Salud (CAPS), y a la escuela, ya que ambos necesitan agua para poder brindar los servicios necesarios. “En la escuela hay comedor pero se necesita agua, no hay almuerzo si no hay agua, me entristece. Ojalá tengamos respuesta favorable lo antes posible”, lamentó el mburuvicha Timoteo y agregó que hasta el momento “no tenemos noticias del Gobierno de Misiones, Asuntos Guaraníes, ni del municipio”.
La semana pasada, la Comunidad Kokuere’i II, ubicada en San Ignacio, salió a cortar la ruta ante la falta de respuestas por el mismo problema, aunque en su caso carecen del vital elemento desde hace más de 4 años, paliando precariamente su situación con el acarreo de agua desde una vertiente ubicada a un kilómetro, o con la ayuda de los bomberos en tiempos de sequía. Solo después de esta medida de fuerza, el intendente los recibió y se comprometió a solucionar el problema.
Tekoa Mirī no se quedará atrás y el mburuvicha aseguró que, al igual que sus hermanos, “si no se soluciona, vamos a buscar una medida de fuerza”.
El acceso al agua potable es un derecho humano fundamental para una vida digna, para poder comer, beber o higienizarse. Es lamentable que en Misiones haya personas que deban salir a cortar la ruta para pedir algo tan básico que deberían tener garantizado.