Un grupo de delincuentes cavó un impresionante túnel de unos cuatro metros de profundidad en la ciudad bonaerense de San Isidro en un intento de robar un banco. Sin embargo, un pequeño detalle permitió descubrir y esclarecer el delito.
A sólo 15 cuadras del lugar del famoso «Robo del Siglo» en 2006, donde los ingeniosos ladrones trazaron una ruta subterránea profesional y minuciosa a menos de dos metros de la sucursal bancaria.
El intendente de San Isidro, Ramón Lanús, dijo a los medios que el túnel partía de un antiguo taller de chapa y pintura a más de 100 metros de distancia en la calle Chacabuco al 567.
Además, señaló, que la varilla causó preocupación entre los vecinos y empleados municipales que luego trabajaron para llegar al túnel. Primero, un repartidor fue sorprendido por el fierro sobresaliente mientras intentaba estacionar su camioneta. La misma situación le ocurrió a un camión de caudales, que también intentó estacionar frente al banco y tuvo problemas.
También una vecina y un peluquero que advirtieron sobre el extraño objeto. Todo esto llevó a la intervención de funcionarios municipales. “Los trabajadores comenzaron la obra y estuvieron unas horas trabajando hasta que vieron una luz. Siguieron excavando y recién cerca de la 1:00 se pudo llegar al túnel”, dijo el Intendente.
También aclaró que el taller de donde supuestamente inició la construcción del túnel, fue cerrado hace un año, en ese entonces los delincuentes habrían alquilado el lugar. “Operaban desde allí, que da todas las señales que desde hace tiempo estaban trabajando en ese boquete”.
Según datos de la Policía bonaerense, el trabajo de construcción del túnel lleva entre 6 y 9 meses.
“Si el objetivo era el banco, no les faltaba mucho”, aseguró Lanús sobre la distancia que quedaba por romper para llegar hasta el ingreso de la entidad bancaria. “Se nota que era un trabajo bien hecho, de ingeniería y que era gente profesional trabajando desde hace un tiempo largo”, afirmó.
Cuando los equipos ingresaron al túnel, encontraron baldes, sogas, paredes revestidas con madera, vigas para levantar bolsas e incluso escaleras para entrar y salir. Por tanto, los investigadores sospechan de la participación de personal especializado o incluso ingenieros.
Esta es una zona comercial con mucha gente, donde hay bancos, tiendas, conexiones de gas y electricidad, por lo que sorprende que nadie hubiera notado los ruidos o movimientos extraños.
El fiscal general Jhon Broyard y el fiscal adjunto Patricio Ferrari trabajan en el caso por el que no hay detenidos hasta ahora. El intendente de San Isidro dijo que “están trabajando muy duro para llegar a los resultados”.
“Era un hecho de inseguridad muy grave que iba a sacudir al banco y a los vecinos de San Isidro. Gracias al trabajo de la policía de Buenos Aires y al Ministerio Público Fiscal pudimos interrumpir el trabajo que estaban haciendo estos hombres hace mucho tiempo”, afirmó Lanús este jueves por la mañana.