“Quiero ser feliz de verdad, no aguanto más”, escribió Milagros Micaela Kalt en una carta antes de partir de salir de su casa en Villa Cristen Oberá con rumbo desconocido.
Milagros tiene 17 años, antes de desaparecer había denunciado a su tío por abuso sexual.
Este lunes se cumplen 100 días de su desaparición.
Milagros vivía sola con su abuelo, en una casa en el mismo terreno donde también vivían su tía y sus primos. En entrevista con El Territorio, su tía Nancy Kalt; dijo que ni el padre de su sobrina ni su madre podían hacerse cargo de ella, por lo que creció al cuidado de sus abuelos maternos.
“El papá de Milagros es hermano mío y tuvo una relación casual con la mamá de ella, pero ninguno de los dos quiso criarla y cuando tenía un añito se la dieron a mis padres, que la criaron como si fuera su hija. Mi mamá murió hace seis años y se quedó a cargo de papá”, dijo mi tía.
Según su testimonio, la niña cursa cuarto año del Centro Educativo Polimodal 46 y soñaba con ingresar a Prefectura Naval Argentina. “Es muy estudiosa, casi no salía. Tenía un noviecito, pero estaba mucho en casa” dijo la mujer. Pero en mayo del año pasado, Milagros sorprendió a todos con una grave acusación.
Con el apoyo de una funcionaria de la Dirección de Niñez y Familia de la Municipalidad de la ciudad, la chica denunció en la Comisaria de la Mujer, que su tío paterno la había violado, y luego lo confirmó en el barrio Gesell.
Luego Milagros se reencontró con su madre biológica a través de las redes sociales. Luego de denunciar a su tío, se mudó con ella a Garupá.
Pero antes de terminar ese año en el que se mudó con su madre, regresó a la casa de su abuelo y lo hizo con una versión diferente: aseguró haber mentido sobre el abuso sexual.
“Lo único que sé es que yo no violé a mi nieta. Yo siempre le di todo. Lo otro no sé. Ella primero dijo una cosa y después dijo que mintió para poder irse con la madre, pero no le gustó allá y volvió. Solo ella sabe la verdad”, dijo su abuelo, Leonardo Kalt, en la misma publicación.
Una carta sobre milagros
Un punto que llama la atención en la investigación, es la demora en la que incurrieron las autoridades para somter la nota que dejó Milagros en su domicilio a las pericias caligráficas correspondientes, para determinar si efectivamente fue escrita o no por la adolescente.
En la nota, ella decía que se iría a vivir a San Pedro y le pedía a su abuelo que no la buscara porque iba a estar bien. “Le pedí a Dios tener una familia, una familia de verdad y sé que él me va a escuchar. Él ve mi inocencia en esta situación. Dios no es injusto, abuelo, por eso tomo la decisión de irme y perdón por ser una carga para ti”, manifestó en la carta un 26 de febrero pasado, justo antes de desaparecer.
Según los familiares, esa nota fue entregada a la Policía y desde la Fuerza les informaron que siguieron sin suerte la pista de San Pedro. Aún así, ellos no recurrieron a los medios para difundir la búsqueda de la menor, como habitualmente sucede en este tipo de casos.
En los últimos días vecinos y allegados a Milagros reavivaron el rastreo mediante las redes sociales, aunque hasta el momento no hubo novedades concretas. Milagros Micaela Kalt es de contextura física delgada, mide 1,70 metros de altura, es de tez blanca, tiene ojos de color celeste y cabellos castaños.