El pasado 5, 6 y 7 de septiembre, la ciudad de Leandro N. Alem fue sede del 10° Torneo Nacional de Vóley, un evento que convocó a más de 1.500 personas entre jugadores, entrenadores, delegaciones y público de distintos puntos del país. El certamen se llevó a cabo en las instalaciones del Club Germano Argentino, consolidándose como una de las competencias deportivas más convocantes de la región.
Sin embargo, detrás de la fiesta deportiva, se vivió un hecho de extrema gravedad que no trascendió públicamente en el momento: cientos de jóvenes resultaron intoxicados por el mal estado de la comida servida durante el evento. El servicio de catering, contratado especialmente para brindar alimentos a las delegaciones visitantes, habría sido el origen del brote de intoxicación masiva.
De acuerdo con fuentes cercanas al caso, más de la mitad de los participantes sufrieron cuadros de vómitos, diarrea y deshidratación, lo que obligó a la internación de decenas de ellos en el Hospital SAMIC de Alem. La situación fue tan crítica que las salas del hospital se vieron colapsadas por la cantidad de pacientes ingresados en simultáneo.
Pese a la magnitud del episodio, las autoridades médicas evitaron brindar declaraciones. Ni el director del hospital ni integrantes de la organización del torneo hicieron comentarios oficiales. Testimonios recogidos señalan que se intentó mantener el caso en silencio, bajo la consigna de no dar a conocer la situación a la prensa ni a la comunidad.
Hasta el momento, no se han informado sanciones ni investigaciones oficiales respecto al servicio gastronómico responsable de la comida servida a las delegaciones, ni se confirmaron reportes sobre el estado actual de los jóvenes afectados.
Lo ocurrido en Alem abre interrogantes sobre la seguridad alimentaria en eventos masivos y la falta de transparencia de las instituciones locales frente a un hecho que pudo haber tenido consecuencias aún más graves.

