Una mujer descubrió que sus donaciones enviadas a Bahía Blanca terminaron en la basura cuando miraba un informe en la televisión.
El periodista de TN estaba realizando un informe en la localidad de Cerri a 10 kilómetros de Bahía Blanca cuando mostró un basural a cielo abierto donde había varias bolsas que serían donaciones que fueron enviadas para colaborar con los afectados por el temporal.
En el basural además de la basura, existían bolsas con donaciones, así como envíos solidarios de las personas. Algunos de esos grandes montones de paquetes armados y llevados desde Buenos Aires, la capital y diversas ciudades del país.
María había enviado tres grandes bolsas de ropa y se asombró al ver una de ellas en la imagen de la transmisión de TN. De acuerdo con la narración de la mujer, la identificó por el rótulo, el cartel tenía su letra manuscrita pegada a la bolsa. Su acto de amor había culminado en el corazón de un depósito de basura.
“Yo me pregunto: esa ropa que cuando llegó ya no era necesaria, ¿no pudo haber sido entregada a Cáritas, o a la Cruz Roja, para derivarla a otro lugar donde se la necesite, en lugar de tirarla a la basura?, lamentó en una conversación con el canal TN. “Me da mucha impotencia saber que el sacrificio de muchos no es valorado. Me da tristeza esa liviandad. A mí me enseñaron a donar parte de lo mío, no aquello que me sobra”.
Al reconocer sus donaciones tiradas, María se puso en contacto con el canal para preguntar, si esa ropa no podría haber tenido un destino mejor, en un país tan repleto de personas que padecen necesidades.
Ella tuvo la imperiosa necesidad de ayudar, emocionada por las imágenes del desastre. Dado a que vive de una jubilación mínima y no tenía la capacidad de comprar alimentos, optó por donar la ropa usada que tenía.
“Las donaciones tiradas son un horror”, lamentó la mujer
“Mis padres me enseñaron a compartir lo que tengo, y de la ropa que tenía, que tampoco es mucha, separé aquello que me pareció prudente enviar. Preparé tres bolsas: dos con ropa para señoras y una con ropa blanca para nenas, que me habían dado mis nietas más chicas. Revisé los cierres, que no tuvieran bolsillos rotos, que tuvieran todos los botones, para mandar cosas en buen estado”, comentó.
Le resultó que lo más conveniente era llevar las bolsas a la Cruz Roja de su ciudad. Un vecino la ayudó a llevar. “A los tres días me enteré de que Cruz Roja no lo iba a entregar, sino que lo iban a dar al municipio, y el municipio se encargaba de llevarlo a Bahía Blanca. No me importó, mientras llegaran las donaciones. Esas bolsas rotuladas, como las mías, las envió gente con todo el cariño del mundo. Si no necesitaban más ropa allí, en algún lado se va a necesitar. A través de Cáritas, o Cruz Roja, podrían haberla enviado a otros lugares. Las donaciones tiradas son un horror. Cuando vi las bolsas rotuladas, vi que no llegaron a quienes tenían que llegar. Es muy triste”, manifestó.