La larga noche en Leandro N. Alem posterior al descubrimiento del crimen de Rufino Blanco (79) terminó con la demora de cinco personas. Sin embargo, con el correr de las horas, allanamientos, declaraciones y secuestros de interés para la causa, las sospechas se cerraron sobre dos jóvenes hermanos: un adolescente de 16 años y una joven de 19.
Según pudo establecer El Territorio en base a fuentes ligadas a la investigación, en la casa de ambos se secuestró una bermuda y una campera pertenecientes al menor con machas que serían de sangre. Por esta razón, el joven es señalado al momento como el principal sospechoso del crimen del jubilado municipal.
Los investigadores, de todas formas, llegaron a ese lugar siguiendo la pista de la muchacha. El relevamiento de testimoniales reconstruyó que la joven visitaba asiduamente al jubilado, al parecer para brindar servicios sexuales. Es por eso que la Justicia deberá establecer cuál fue su intervención en el hecho.
Ella quedó a disposición del Juzgado de Instrucción Cinco, a cargo de la jueza Raquel Zuetta, mientras que su hermano espera medidas del Juzgado de Correccional y de Menores Dos de Posadas. Podrían ser trasladados a los estrados para tener la posibilidad de brindar su versión de los hechos en las próximas horas.
Móvil
Sobre el móvil del homicidio, los pesquisas consideran que se trató de un robo. Es que si bien en la escena del crimen no se notó desorden y las puertas estaban cerradas, se confirmó el faltante de unos 20.000 pesos que Blanco había cobrado el día 27 de noviembre. Tampoco estaba su teléfono celular, un aparato de baja gama que podría aportar información de relevancia en la investigación.
“Lo atacaron mientras estaba durmiendo o alguien de su confianza”, especuló un investigador consultado.
Más allá de los avances de la investigación, los investigadores de la Unidad Regional VI optan por la cautela, por lo que ninguna hipótesis fue descartada hasta el momento. Ayer se hicieron varios allanamientos y rastrillajes en la localidad, pero sin resultados de relevancia.
Hallazgo
Como informó ayer este medio, Rufino Blanco (79) fue hallado en horas de la tarde del miércoles en su casa de la calle Corrientes, en el barrio San Martín.
Según detallaron fuentes policiales, los vecinos se preocuparon porque no lo habían visto durante el día, por lo que uno de ellos se acercó a su ventana y lo encontró tendido en la cama, tapado con una frazada.
Los uniformados de la Comisaría Primera llegaron al lugar después de las 16.30 e ingresaron a la casa por la fuerza, ya que no había respuestas desde adentro. Trascendió ayer que primero pensaron que el deceso se habría producido por causas naturales, pero luego de descubrir el cuerpo se toparon con un inmenso charco de sangre.
A simple vista Blanco tenía un corte que le atravesó la mejilla y le llegó hasta el cuello. También tenía signos de que llevaba varias horas fallecido. Por orden de la Justicia el cadáver fue enviado a la Morgue Judicial, en Posadas, para la realización de la correspondiente autopsia.
En su casa los uniformados de la División de Criminalística trabajaron en dos etapas y se secuestraron varios elementos.
La primera en horas de la noche, hasta que todo fue cerrado con fajas y custodia policial; y la segunda en la mañana de ayer.
Como primera instancia los pesquisas demoraron a tres hombres. Dos trabajadores de un vivero lindante y otro con el cual el fallecido tenía inconvenientes personales. A ellos se le tomó declaración, pero en la mañana de ayer se decidió que fueran liberados por no haber suficientes elementos en su contra.
Al mismo tiempo fue detenida la joven de 19 años, luego de que los efectivos de la Brigada de Investigaciones llegará a ella tras las informaciones recabadas.
Finalmente, cerca de las 22.30, con presencia de la jueza interviniente se procedió a allanar su vivienda, donde dieron con las prendas manchadas con sangre ya mencionadas y procedieron a la detención del menor de edad.
En el lugar también vive la madre de ambos. Se incautaron también siete teléfonos celulares, cuchillos y un trozo de papel blanco que también tenía manchas de sangre.