En un reciente comunicado el Frente Renovador Misiones, dijo que Rovira movió las fichas de la política para hacerle ganar a Milei y hacerle perder a Macri y Cristina.
Luego de un largo silencio y una salida de escena de los dirigentes del Frente Renovador, este domingo surgió la “explicación” oficial, de porque los senadores del oficialismo misionero votaron en contra, e hicieron caer el proyecto de ley de Ficha Limpia impulsado por la diputada del PRO Silvia Lospennato.
En un comunicado realizado por Jorge Castro, dice que fue una jugada quirúrgica de Carlos Rovira para hacerle perder a Macri y Cristina y hacerle ganar a Milei.
Para Rovira si se aprobaba la ley, “Silvia Lospennato, bendecida por Mauricio Macri como candidata en CABA» quien impulsaba la ley, “se posicionaba como la nueva cara del orden moral, con la Ficha Limpia como estandarte”
El argumento del FR, dice que esta iba a ser la plataforma para lanzar a Lospennato a lo más alto de la política.
“Pero alguien en Misiones leyó la jugada completa, y se movió primero. Con un voto silencioso pero decisivo, los senadores del Frente Renovador de la Concordia desactivaron la maniobra impulsada por uno de los actores de la vieja política porteña” dice el comunicado.
“Carlos Rovira no sólo impidió la consolidación de una mayoría que buscaba condicionar al presidente Milei” dice el largo argumento, que trata siempre de justificarse con Milei y parece pintar un panorama de una batalla épica, donde el “San Jorge” de la política, desde Misiones acaba con todas las amenazas
además, empujó una dinámica que favorece al gobierno nacional y, al mismo tiempo, abre la posibilidad de una verdadera renovación dentro del peronismo, comenzando por el distrito que más lo necesita: la provincia de Buenos Aires.
En la misiva el Frente Renovador califica a Macri como “El padre de una perdedora”, haciendo referencia que, al hacer caer el proyecto impulsado por la diputada y candidata del PRO por Buenos Aires, “Macri pierde protagonismo”.
Después habla de Cristina Kirchner, y se refiere puntualmente a la idea de polarizar una posible batalla por el “sillón de Rivadavia” entre Milei y Cristina, borrando al PRO del horizonte. Algo que circuló extraoficialmente en la mesa chica de La Libertad Avanza.
Con la caída de ficha limpia, gracias al voto negativo de Arce y Rojas Decut, “la ex presidente tiene la posibilidad de volver a presentarse, con grandes chances de perder. Así, Milei gana” afirma el comunicado del Frente Renovador.
Nuevamente justifica que la caída de ficha limpia pone a Milei en el mejor escenario, afirmando que Cristina es “la que mejor le calza como adversaria simbólica». El antikirchnerismo es su combustible más puro”.
“Si salía Ficha Limpia, Macri ganaba porque posicionaba a su candidata. Ahora, con la caída, gana Milei. Su candidato en CABA, Manuel Adorni, sube en las encuestas. Y lo más importante: se desarmó una mayoría opositora en el Senado que pretendía imponerle agenda al Gobierno”.
En el comunicado, parece pretender mostrar a Rovira como el ideólogo del plan de voltear la ley, en ningún momento habla de algún arreglo o pedido de Milei o su entorno para esta decisión. Es como si tratara de despegar al presidente de la jugada política y carga todas las culpas al conductor de la renovación.
Por otra parte, califica todo el tratamiento mediático del fracaso de Ficha Limpia como “un cuento chino del PRO” y dice afirma que “los sondeos en Misiones lo confirman: más del 90% de los ciudadanos no ven este tema como prioritario”.
“Carlos Rovira entendió que lo que está en juego no es solo una ley, sino el futuro del mapa político nacional. Y movió para que Milei gane. Pero también para que Cristina se vaya, dejando paso a un peronismo renovado, menos centrado en nombres propios y más enfocado en representar a la sociedad real. El votante no quiere más guerras santas entre bandos mediáticos. Cuando la agenda política le interesa al ciudadano, es el ciudadano quien manda. No los medios” Cierre de la misiva.
Comunicado del Frente Renovador
Por Jorge Castro
“La pequeña provincia de Misiones contra el establishment comunicacional que se cree dueño de la Argentina. Misiones logró desnudar una pretensión engañosa.”
La frase no es exagerada. Mientras los grandes medios de Buenos Aires daban por sentado que la ley de Ficha Limpia iba a ser aprobada sin resistencia, desde el rincón norte y selvático del país, una jugada política orquestada con precisión quirúrgica por Carlos Rovira desbarató el espectáculo montado para consagrar al macrismo en el nuevo ciclo político. Y no fue una decisión menor: los senadores misioneros, con su voto en contra, cambiaron el tablero entero.
Porque el guion ya estaba escrito: Silvia Lospennato, bendecida por Mauricio Macri como candidata en CABA, impulsó una ley que, si se aprobaba, la posicionaba como la nueva cara del orden moral, con la Ficha Limpia como estandarte. La ley iba a ser su plataforma. Pero alguien en Misiones leyó la jugada completa, y movió primero. Con un voto silencioso pero decisivo, los senadores del Frente Renovador de la Concordia desactivaron la maniobra impulsada por uno de los actores de la vieja política porteña.
Lo que parecía una defensa corporativa fue, en verdad, una maniobra estratégica. Carlos Rovira no sólo impidió la consolidación de una mayoría que buscaba condicionar al presidente Milei: además, empujó una dinámica que favorece al gobierno nacional y, al mismo tiempo, abre la posibilidad de una verdadera renovación dentro del peronismo, comenzando por el distrito que más lo necesita: la provincia de Buenos Aires.
Porque el trasfondo es más profundo. Si Ficha Limpia se aprobaba, no solo se entronizaba a Lospennato: también se sellaba la escena política con los rostros de siempre. En cambio, al caer, se desinfla la candidata de Macri, pierde protagonismo el propio ex presidente —“padre de una perdedora”— y se habilita, con sutileza quirúrgica, la posibilidad de que Cristina Fernández de Kirchner vuelva a escena… con grandes chances de perder. Así, Milei gana. Porque si hay algo que necesita el presidente es volver a enfrentar a quien mejor le calza como adversaria simbólica. El antikirchnerismo es su combustible más puro.
Y en ese movimiento aparece Rovira, el único dirigente que entendió la simultaneidad de todos esos escenarios. Hizo que Milei se asociara al triunfo sin necesidad de intervenir. Es sutil: si salía Ficha Limpia, Macri ganaba porque posicionaba a su candidata. Ahora, con la caída, gana Milei. Su candidato en CABA, Manuel Adorni, sube en las encuestas. Y lo más importante: se desarmó una mayoría opositora en el Senado que pretendía imponerle agenda al Gobierno.
Rovira tendió, además, un puente invisible pero firme. Porque para gobernar, Milei necesita algo más que votos circunstanciales. Necesita una nueva mayoría, una alianza transversal que no esté sujeta al corset ideológico de los partidos tradicionales. Esa arquitectura comenzó a delinearse con este movimiento: la política no se hace solo con gestos grandilocuentes, sino con decisiones quirúrgicas en el momento oportuno.
Y mientras tanto, el país miraba a otra parte. El circo estaba montado para otra cosa. Todos hablaban de transparencia y moralidad, pero nadie decía que el PRO gobierna CABA hace 17 años y jamás impulsó la Ficha Limpia allí. En cambio, en Misiones, ya existe una ley electoral que prohíbe a los condenados ser candidatos. Y aun así, se le permitió competir al ex policía retirado Ramón Amarilla, porque la consigna fue clara: en Misiones no se proscribe porque en Misiones decide el pueblo. A la Justicia lo que es de la Justicia, y a la política, lo que es de la política.
Y como dijo Milei, esto fue “un cuento chino del PRO” que a la gente no le importa. Y los sondeos en Misiones lo confirman: más del 90% de los ciudadanos no ven este tema como prioritario.
Con este movimiento, Misiones reafirmó lo que su historia reciente viene demostrando: el voto misionero es el único libre de ataduras y cepos ideológicos y políticos. Es un voto independiente, liberal en términos políticos, que responde solo a los intereses de los misioneros. No es rehén de las lógicas porteñas, ni de los bandos que se reparten el poder desde hace décadas. Aquí, la reiteración es virtuosa cuando lo decide el pueblo. Y cuando no, se baja.
Carlos Rovira entendió que lo que está en juego no es solo una ley, sino el futuro del mapa político nacional. Y movió para que Milei gane. Pero también para que Cristina se vaya, dejando paso a un peronismo renovado, menos centrado en nombres propios y más enfocado en representar a la sociedad real. El votante no quiere más guerras santas entre bandos mediáticos. Cuando la agenda política le interesa al ciudadano, es el ciudadano quien manda. No los medios.
Desde Misiones, una vez más, se le recordó a la Argentina que hay otro camino. Uno que no pasa por las luces de los sets televisivos, sino por la estrategia, la autonomía y el pensamiento político real.