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Una encuesta revela que el 58% de los argentinos desaprueba al Gobierno de Javier Milei, el nivel más bajo desde su asunción. Crece el descontento incluso dentro de su electorado.

 

 

El proyecto político de Javier Milei atraviesa su momento más crítico desde que llegó a la Casa Rosada. A pocas semanas de las elecciones generales, una encuesta nacional de Opina Argentina expone un dato demoledor: el 58% de la ciudadanía desaprueba la gestión del Presidente, acumulando cuatro meses consecutivos de caída en los indicadores.

 

 

 

 

 

 

 

 

Se trata del peor registro desde diciembre de 2023 y refleja un deterioro que no solo golpea a la oposición, sino también al propio núcleo libertario. Según el estudio, un 25% de quienes lo apoyaron en el balotaje ya le dieron la espalda, dejando en evidencia que el malestar perfora hasta la base electoral que lo llevó al poder.

 

 

 

 

 

 

 

 

El oficialismo parece atrapado en una dinámica pendular: tras la derrota en Buenos Aires, Milei ensayó un discurso más moderado, admitiendo errores y buscando recomponer vínculos. Sin embargo, el tono cambió abruptamente luego del traspié en el Congreso, cuando el Presidente volvió a la confrontación abierta, acusando a la oposición de impulsar intentos de desestabilización.

 

 

 

 

La encuesta deja otro dato inquietante: el 69% de los argentinos exige un cambio de rumbo en la gestión, y dentro de los votantes libertarios la mitad también pide modificaciones. En otras palabras, la paciencia social se acorta y los costos políticos se multiplican.

 

 

 

 

 

 

 

Las áreas de gobierno tampoco muestran alivio. Seguridad, economía y política exterior —las mejor valoradas— apenas rondan el 40% de apoyo, con una tendencia descendente. La situación se agrava por el escándalo de los audios en la Agencia Nacional de Discapacidad, que golpeó de lleno la credibilidad en la lucha contra la corrupción.

 

 

 

 

En paralelo, los indicadores económicos alimentan la tormenta. La confianza del consumidor volvió a caer en septiembre, según la UTDT, y la confianza en el Gobierno marcó su nivel más bajo desde el inicio del mandato. El dólar, los bonos y el riesgo país reaccionan con volatilidad, mientras la administración insiste en no alterar su hoja de ruta económica.

 

 

 

 

El balance es claro: Milei enfrenta un desgaste prematuro, con números que exhiben un deterioro acelerado de su capital político. Si no logra revertir esta tendencia, la incertidumbre puede convertirse en un factor tan determinante como la inflación o el dólar en el escenario electoral que se avecina.