Una banda cordobesa fue detenida en Posadas tras robar $1.8 millones con inhibidores electrónicos. La Policía recuperó gran parte del dinero y desarticuló al grupo.
El mediodía en Posadas se convirtió en una película de atracos modernos. Una banda cordobesa, equipada con inhibidores electrónicos y ganzúas, creyó que podía llevarse un millonario botín sin dejar huellas. Pero lo que parecía un golpe perfecto terminó con esposas y patrulleros.
La víctima, un hombre de 48 años, dejó estacionada su Toyota SW4 sobre calle San Lorenzo y, en minutos, descubrió que los $1.800.000 que guardaba habían desaparecido. Sin portazos ni vidrios rotos: los ladrones habían bloqueado la señal del cierre centralizado y caminaron como si nada con el dinero en mano.
La reacción fue inmediata. El 911, con sus cámaras y agentes encubiertos, armó un operativo quirúrgico junto a la División Investigaciones y el Grupo de Acción Preventiva (GAP).
El seguimiento en tiempo real terminó en las calles Alvear y 3 de Febrero, donde Nelson Nahuel G. (25) y Lourdes Agustina B. (23) cayeron con un handy-inhibidor, una ganzúa y celulares. A pocas cuadras, el GAP atrapó a Agustín Fernando P. (27) y Andrea Alejandra A. (28), recuperando más de $1,1 millón en efectivo.
Todos son oriundos de Córdoba, con antecedentes en otros puntos del país, y habían montado su base en un departamento alquilado en pleno centro posadeño. La idea: seleccionar víctimas, inhibir cierres y fugar con el botín. El final: celdas, expedientes y la Justicia esperando.