El Trastorno del Desarrollo del Lenguaje impacta en 2 de cada 30 chicos en el aula. Especialistas advierten que la detección temprana es clave para acompañar su aprendizaje y socialización.
El desafío silencioso en las aulas
En el marco del Día Internacional del Trastorno del Desarrollo del Lenguaje (TDL), la Universidad Austral difundió un informe que advierte sobre el impacto de esta condición en la infancia. Según los datos, el 7,4% de los niños en el mundo presenta TDL, lo que equivale a 2 de cada 30 alumnos en un aula típica.
Lo preocupante es que, a pesar de ser más frecuente que otros trastornos como el autismo, el TDL sigue siendo poco conocido y muchas veces se confunde con timidez, falta de estímulos o problemas de conducta.
Qué es el Trastorno del Desarrollo del Lenguaje
El TDL es una alteración que afecta la adquisición y uso del lenguaje, tanto en la comprensión como en la expresión. Puede manifestarse desde los primeros años de vida y suele evidenciarse cuando los chicos tardan más de lo esperado en comenzar a hablar.
La doctora Verónica Maggio, directora de la Diplomatura en Trastornos del Lenguaje Infantil de la Universidad Austral y coordinadora del área de Lenguaje del Hospital Universitario Austral, explicó:
“El TDL se suele manifestar como la aparición tardía del lenguaje, generalmente después de los tres años, cuando lo esperado es que entre los 18 y 24 meses los chicos comiencen a producir sus primeras palabras”.
Señales de alerta en la infancia
De acuerdo con especialistas internacionales y el relevamiento de la Universidad Austral, las señales más frecuentes del TDL varían según la edad:
A los 3 años:
Dificultad para comprender órdenes simples.
Uso de pocas palabras.
Problemas para combinar dos o tres términos en una frase.
Alteraciones en la pronunciación que dificultan la comprensión.
A los 4 y 5 años:
Frases incompletas o sin conectores.
Olvido de palabras que conocen.
Problemas para relatar hechos cotidianos.
Consecuencias más allá del lenguaje
El TDL no solo impacta en la comunicación verbal. También puede generar:
Problemas de aprendizaje, especialmente en lectoescritura y matemáticas.
Cinco veces más riesgo de desarrollar trastornos atencionales, según estudios recientes.
Dificultades en la socialización, que en muchos casos derivan en aislamiento o burlas por parte de los pares.
“El lenguaje es la base del aprendizaje y la socialización. Cuando se ve afectado, los chicos pueden tener problemas de conducta, de atención y de vínculos”, subraya Maggio.
La importancia de la detección temprana
Uno de los grandes desafíos es que el TDL es un “trastorno invisible”. Muchas veces no se diagnostica a tiempo porque se confunde con otras situaciones. Sin embargo, la detección temprana y el acompañamiento profesional son claves para mejorar la calidad de vida de los niños.
La especialista enfatiza que padres y docentes deben estar atentos a las señales de alerta y consultar con un equipo interdisciplinario (fonoaudiólogos, psicopedagogos, pediatras) para evaluar la situación.
Hacia una mayor visibilización
La Universidad Austral destaca que dar a conocer esta condición es un paso fundamental para cambiar la realidad de miles de chicos. “Visibilizar el TDL es clave. Si padres y docentes lo conocen, podemos ayudar a esos chicos a desplegar todo su potencial con estrategias adecuadas, tanto en el aula como en el hogar”, concluye Maggio.
Datos clave del TDL
Afecta al 7,4% de los niños en el mundo.
En un aula de 30 alumnos, 2 pueden tener TDL.
Puede generar dificultades de aprendizaje y de socialización.
Es más común que otros trastornos, pero sigue siendo poco reconocido.
La detección temprana es esencial para un mejor desarrollo.








