La Cámara de Diputados rechazó los vetos de Javier Milei a la Emergencia Pediátrica y al financiamiento universitario. La derrota, por amplia mayoría, expuso divisiones internas en el oficialismo y generó incertidumbre en los mercados.
La Cámara de Diputados asestó este miércoles un duro golpe al Gobierno al rechazar, por amplísima mayoría, los vetos del presidente Javier Milei a la ley de Emergencia Pediátrica y al financiamiento universitario. El resultado, que incluso en el oficialismo se daba por descontado, sorprendió por la magnitud de los votos adversos y dejó en evidencia las dificultades de La Libertad Avanza para sostener a sus aliados.
En la Casa Rosada, donde ya se preveía una “jornada negra”, el revés legislativo generó reproches internos. Algunos dirigentes cercanos a Santiago Caputo responsabilizaron a la conducción de la Cámara de Diputados, encabezada por Martín Menem, por la ausencia de legisladores propios y la pérdida de aliados clave. “Bajamos plata a los gobernadores y no sirvió de nada”, se quejó un referente libertario, mientras la preocupación giraba en torno a la reacción de los mercados.
El riesgo país trepó a 1226 puntos y el dólar mayorista alcanzó los $1485, alimentando el malestar económico tras la sesión. Sin embargo, desde el Gobierno buscaron transmitir calma: “La situación está controlada, ya sabíamos lo que iba a pasar”, aseguraron desde Balcarce 50.
La jornada también dejó expuestas fracturas dentro de La Libertad Avanza. Mientras públicamente apuntaban contra la oposición y el kirchnerismo, en privado circulaban fuertes pases de factura entre sectores cercanos a la Casa Rosada. El propio presidente Milei optó por el silencio durante horas, limitándose a retuitear mensajes sobre su reciente discurso en Paraguay.
En paralelo, las manifestaciones en defensa de la salud pública y las universidades se multiplicaron en la Ciudad de Buenos Aires y en distintas provincias, con amplia participación de la comunidad educativa. Desde el oficialismo, sin embargo, minimizaron las protestas y las acusaron de tener “tinte golpista”.
El desenlace legislativo dejó claro que el oficialismo atraviesa su momento más frágil en el Congreso. Las mesas políticas creadas tras la derrota en Buenos Aires no lograron recomponer vínculos con gobernadores ni retener apoyos clave, y ahora la discusión pasará al Senado, donde se anticipa un nuevo revés para los vetos presidenciales.







