El Gobierno hace números para llevar una buena noticia al sector de los jubilados y pensionados.
Confían en que podrán anunciar para el mes próximo un incremento más importante en los haberes que el magro 8% de marzo pasado y que permita a los adultos mayores, aunque sea tangencialmente, ganarle a la escalada de los precios.
A partir del 1° de junio próximo, los haberes de los jubilados y pensionados de todo el país tendrán la segunda de las cuatro alzas anuales establecidas por la ley de movilidad jubilatoria, que entró en vigencia en marzo último y que dejó de lado a la inflación como mecanismo para determinar las actualizaciones.
A cambio, se utiliza un indicador que pondera en partes iguales el promedio de los salarios registrados y de la recaudación previsional.
Fuentes oficiales indicaron que el incremento de junio superará el 10%, aunque declinaron dar precisiones respecto del porcentaje final del incremento que tendrán los jubilados y beneficiarios de las asignaciones familiares, por Hijo (AUH) y por embarazo (AUE).
Eso porque que, afirman, todavía restan conocer datos que serán clave para determinar los pagos que debe hacer la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses).
Tampoco quieren aventurar que será el primer alza que le gane la inflación, aunque confían en que irá por ese camino.
El número final, que se espera sea anunciado por el presidente Alberto Fernández en los próximos días, incluso podría estar un par de escalones más arriba (cerca a 13%), según terminen de configurarse los últimos datos que se aguardan.
El componente de actualización por los sueldos (50% de la fórmula) activo surge de comparar dos índices salariales: por un lado la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (Ripte), que elabora el Ministerio de Trabajo y sirve para actualizar las escaladas del Impuesto a las Ganancias y del Monotributo.
Del Ripte ya se conocen los datos totales del primer trimestre, que arrojó una suba de 11,3% desde diciembre. Es más en febrero escaló a 6,2% la más alta en un año y en marzo subió otro 4,9%, una décima por encima de la inflación.
El año había arrancado con un alza de 1,8% en el Ripte. No obstante, no alcanzaron a ganarle a la inflación de los primeros tres meses, que escaló al 13%.
Por el otro lado, se sigue el Coeficiente de Variación Salarial (CVS), que difunde de manera mensual el Indec y que es utilizado, por caso, para ajustar el capital de los créditos para la vivienda del plan Procrear y Casa Propia.
De este indicador se conocen los datos de enero y febrero, mientras la difusión del CVS de marzo se adelantó al próximo lunes 10 según el calendario del Indec de mayo.
El CVS acumuló en el primer trimestre una suba cercana al 8%. En febrero, subió 4,3%, reportó el pasado viernes el ente que dirige Marco Lavagna y le ganaron a los precios de ese mes, mientras en enero había crecido 3,3% (contra un IPC del 4%).
En cada mes que se deba actualizar las jubilaciones, se compara el Ritpe y el CVS y se toma el mayor para aplicar a la movilidad.
Así, el índice del Indec necesita sumar al acumulado otros cinco puntos porcentuales para cerrar el primer trimestre por encima del Ripte y así determinar cuál de los dos estará presente en la determinación del aumento de los haberes de junio.
El otro componente clave para determinar cuál será el porcentaje de alza trimestral está dado por la recaudación de la Seguridad Social.
Los datos al tercer mes del año cuenta de un alza de 34,4% interanual en los ingresos por contribuciones patronales y del 32,2% en el mismo lapso de la recaudación por contribuciones personales (ambas por debajo de los precios que crecieron al 42,6% en ese tercer mes).
En el primer trimestre, las contribuciones a la seguridad social recaudaron en torno al 28,3%.
Una vez conocido el dato del CVS, el Gobierno informará el porcentaje de alza en las jubilaciones y recalcará, como lo hizo en medio del debate parlamentario, que el cambio de fórmula resulta beneficioso para los adultos mayores y que se moverá por encima, aunque sea levemente, de la inflación del segundo trimestre.
Según analistas privados, la escalada de precios se desaceleró en abril y promedió el 3,7% mientras para mayo estiman se ubicará en esa línea. Junio es una incógnita.
Que las jubilaciones y los salarios le ganen a la inflación es parte del discurso oficial con el que se encaró el año electoral.
Pero no ocurrió al menos en el debut de la nueva fórmula. En marzo, las jubilaciones aumentaron 8,09% de suba contra los precios que crecieron 13% en el trimestre.
Esa situación hizo que el Gobierno anunciara un bono de $3000 a pagar en abril y mayo para compensar en parte la pérdida del poder adquisitivo de los adultos mayores con menores ingresos.
Ya en ese momento, aseguraban que el alza en las jubilaciones de junio sería mayor, a partir de la mejora en los salarios (por mejoras paritarias) y en la recaudación, que consolida la tendencia alcista de la mano de la reactivación de la economía tras el retorno de las actividades luego del cierre inicial por la pandemia de coronavirus.
Y mantienen esa visión optimista para la actualización de septiembre y de diciembre próximos.