Bruna Angélica Araujo, de 17 años, lleva 13 días desaparecida en San Antonio. Su familia teme que esté retenida en Brasil y denuncia mensajes sospechosos desde su celular.
La localidad de San Antonio, en la frontera con Brasil, vive días de incertidumbre y misterio. Han pasado 13 días desde que Bruna Angélica Araujo, de 17 años, desapareció sin dejar rastros, y cada jornada que pasa aumenta la angustia de su familia.
Todo comenzó el sábado 2 de agosto. Ese día, Bruna fue llevada por su madre hasta la heladería brasileña donde trabajaba los fines de semana. Volvió a la casa, cenó con su familia y se fue a dormir. A la mañana siguiente, ya no estaba. Nadie la vio salir, nadie sabe hacia dónde fue.
Lo extraño es que el celular de Bruna sigue activo. Su madre recibe mensajes desde ese número, pero las respuestas generan más dudas que certezas: siempre son textos, sin audios ni llamadas, algo muy distinto a lo habitual en la joven. “Ella nunca escribía, siempre mandaba audios. Ahora, si uno insiste en llamarla, el teléfono se apaga o se corta. Eso nos alarma”, relató su tío, Miguel De Sosa.
La familia sospecha que Bruna podría estar retenida contra su voluntad en Brasil, aunque no hay pruebas concretas. Su madre, Diana de Sosa, amplió la denuncia y recurrió a la Línea 145, destinada a casos de trata de personas. Mientras tanto, la Policía local sostiene que no puede considerarla desaparecida debido a que mantiene contacto por WhatsApp, aunque sus familiares insisten en que no están seguros de que sea realmente ella quien responde.
El caso, cargado de incógnitas, mantiene en vilo a San Antonio. ¿Dónde está Bruna? ¿Quién responde desde su celular? Son preguntas que hoy no tienen respuesta, y que alimentan un clima de misterio e incertidumbre en la frontera.
La familia solo pide que las autoridades avancen y que Bruna pueda volver sana y salva a casa.
