El acusado fue hallado por la Policía dormido en una cama tras tomar un ansiolítico. Tenía antecedentes por violencia de género y un pedido de captura.
El acusado pasó la tarde con sus hijos en una pileta antes de matar a su expareja
El domingo, Tarres Ríos pasó la tarde con los dos hijos que tenía en común con la víctima en una pileta familiar. “Luego los llevó a sus padres, que esperaban que Olguín se comunicara con ellos para irlos a buscar. Eso nunca ocurrió debido a la agresión que terminó con su vida”, explicó este lunes el fiscal de Homicidios, Gustavo Pirrello.
Olguín y Tarres Ríos no sólo estaban separados: el sindicado femicida había sido denunciado en 2021 por maltratatos contra la víctima, por lo que fue imputado por lesiones y amenazas simples. De todas maneras, habrían vuelto a tener contacto luego de esa denuncia, indicaron fuentes de la investigación.
Como Tarres Ríos no se presentó en diferentes audiencias, la Justicia lo declaró en rebeldía y solicitó su captura. Pero el sospechoso había logrado mantenerse en la clandestinidad.
La confesión del femicidio
El propio sospechoso le confesó a su tía que había matado a Olguín, antes de tomarse varias pastillas de Clonazepan y quedarse dormido en la casa de su familiar, en Guaymallén.
Luego, un hermano de Tarres Ríos se presentó en la Comisaría 36ª y contó lo sucedido. Así las cosas, mientras algunos efectivos eran desplazados a la vivienda de la víctima, en calle Molinero Tejada 3112 de Las Heras, otros agentes fueron a buscar al hombre y lo encontraron profundamente dormido.
El acusado fue derivado inicialmente al Hospital Central para recuperarlo de la intoxicación con pastillas. Luego fue enviado a una comisaría en Las Heras y, desde allí, lo trasladaron esposado y con custodia policial al Cuerpo Médico Forense.
Además de la necropsia a Olguín, Pirrello pidió analizar el cuerpo del acusado para determinar si tiene “algún tipo de agresión producto de la defensa de la víctima”.